La Comisión Europea calcula un impacto de entre el 2,5 y el 3,1 por ciento en la tasa de crecimiento del PIB y la creación de 1,3 millones de nuevos empleos, en el período 2015-2017. Cabe la posibilidad de prorrogar el Plan hasta el 2020. Los sectores prioritarios son infraestructura, incluyendo redes de banda ancha y de energía, eficiencia energética, energías renovables, transportes en centros industriales, educación, investigación y financiación de Pymes.

Para financiar este programa de inversiones se crea un nuevo instrumento financiero, el Fondo Europeo para las Inversiones Estratégicas (FEIE), dotado con 21.000 millones de euros de capital semilla público. De estos, 5.000 millones los aporta el Banco Europeo de Inversiones (BEI), mientras que 16.000 millones los tiene que aportar la Comisión Europea del presupuesto comunitario en forma de garantías.

Con estos 21.000 millones de euros el FEIE generaría inversiones de largo plazo por valor de 240.000 millones y 75.000 millones para las PYMES a partir del 1 de junio de 2015 y hasta el 2017, que se obtendrían de los mercados financieros y de inversores privados. El apalancamiento es por tanto de 1 a 15. En concreto, los 21.000 millones se convierten en 63.000 millones en préstamos, los cuáles deben ser acompañados por inversiones privadas iguales a 252.000 millones de euros (lo que resulta en un total de 315.000 millones).

Las inversiones del FEIE serán más arriesgadas que las que financia normalmente el BEI, aunque se canalizarían igualmente a través del BEI y del Fondo Europeo de Inversiones. Este instrumento estará dirigido por un consejo formado por la Comisión Europea y el BEI. La selección de los proyectos se hará de forma transparente, con un fuerte componente de asistencia técnica para su identificación.

Los Estados miembros que lo deseen podrán participar si así lo deciden, de modo que sus aportaciones se utilizarán para inversiones en su territorio. Estas aportaciones no contarán para el cálculo del déficit y de la deuda.

Si bien es cierto que la propuesta de la Comisión Europea supone un giro político importante, al reconocer que la Unión Europea tiene que desarrollar una política económica anti-cíclica, y no solamente dedicarse a controlar los déficit públicos de los Estados miembros, el Plan Juncker adolece de algunas debilidades importantes.

En primer lugar, la cuantía aunque importante (315.000 millones de euros en tres años) no es suficiente para cubrir la brecha en el volumen de inversión en la Unión Europea, estimada por el centro de estudios Bruegel de Bruselas en 260.000 millones de euros al año. Por tanto, el Plan Juncker cubriría algo más de la tercera parte (105.000 millones al año).

En segundo lugar, es ciertamente optimista la previsión de que 63.000 millones de euros en préstamos catalizarán nada menos que 252.000 millones de euros en capital privado adicional. La propuesta del grupo de los Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo hizo por su parte una estimación más conservadora, y seguramente más realista: 300.000 millones en préstamos deberían generar una inversión privada adicional de 100.000 millones de euros. Por contra, los socialistas europeos en su plan proponen un capital semilla de 100.000 millones de euros, fundamentalmente proveniente de contribuciones nacionales de los Estados, lo que en sí mismo es una dificultad ya que los Gobiernos no quisieron en su día aumentar el presupuesto comunitario al tiempo que tienen la obligación de ajustar las cuentas públicas.

En cualquier caso el Plan Juncker para ser creíble en cuanto a lograr la cuantía recibida debe aumentar sus recursos públicos; los 21.000 millones de euros de capital semilla no son suficientes. Hay por tanto que recurrir a dos vías, las aportaciones nacionales voluntarias, las cuáles pueden adoptar la forma de garantías, y el aumento de los recursos propios de la Unión Europea, fundamentalmente a través del Impuesto sobre las Transacciones Financieras, y el impuesto del carbono, tal y como propone la Iniciativa Ciudadana Europea del New Deal 4 Europe[1]. El Parlamento Europeo tendrá la posibilidad de mejorar el Plan durante la tramitación de la propuesta legislativa.

[1]http://www.newdeal4europe.eu/en/