El cierre de oficinas significa que a estas entidades le va a ser más difícil conseguir ingresos, dificultando su recuperación y por ende, la devolución de los apoyos. Pero además, hay otro aspecto que puede pasar desapercibido, tradicionalmente la banca foránea no se ha podido establecer en España por la tupida red de oficinas bancarias existentes, disminuyendo el número de estas se facilita al menos en parte la entrada de aquella. También hay beneficiados españoles, ya que si el número de oficinas bancarias está sobredimensionado, la reducción podría ser proporcional al número de oficinas actual de cada entidad y no cargando la mano en algunas entidades.

La reducción de número de empleados va, en parte, pareja a la de las oficinas, no tendría sentido sobrecargar los servicios centrales con empleados excedentes en aquellas, también afectará sin duda a los empleados de los servicios centrales. Esta medida implica a corto plazo un aumento del paro, con su corolario de aumento de gastos y reducción de ingresos del Estado, y a medio plazo mayores gastos de pensiones, porque la mayoría de los pararos de hoy serán muy en breve jubilados anticipados. Para las entidades supone una pérdida de personal formado, que podrían necesitar cuando despeguen.

La venta de la cartera de renta variable en un momento en que las cotizaciones están en su valor más bajo solo implicará o bien la realización de pérdidas ya realizadas o la afloración de nuevas. Tendrán el efecto positivo de mejorar la liquidez de la entidad, pero a cambio no les permitirán beneficiarse de posibles beneficios a corto plazo, y les privarán de ingresos por dividendos en su caso. Además hay participaciones que son estratégicas, de cuya desinversión no se pueden conocer las consecuencias.

Centrarse en sus regiones de origen es un concepto ambiguo, ya que habrá que definir qué sucursales deben cerrarse, ya que las entidades tienen sucursales en grandes ciudades desde tiempo inmemorial. Pero además es muy probable que analizadas una a una, haya muchas muy rentables, lo que al cerrarlas de nuevo debilita a la entidad. También, teniendo en cuenta las nuevas tecnologías: ¿se les va a prohibir la banca por internet?

El sector inmobiliario no es un sector que las entidades puedan abandonar alegremente, entre otras razones por el efecto de fidelización de la clientela, fidelización que empieza desde que se concede el apoyo financiero a un promotor. Es otra medida debilitante.

En conjunto, y según nuestra modestia opinión, estas medidas pueden dar lugar a que dentro de poco tiempo estas entidades estén aun peor de lo que están ahora, de ahí el título del presente, ya que se contrató al señor Goirigolzarri como salvador de una entidad concreta y puede acabar como enterrador de la misma.

Esta percepción no es insólita, teniendo en cuenta cómo ha respondido la cotización de Bankia en la Bolsa al conocerse las condiciones de la ayuda.

Para terminar, hay que decir que solo hay en España un príncipe que pueda defender a la doncella del dragón, y es el Banco de España. Este organismo del Estado es el único que tiene los medios humanos y materiales así como la información para redactar, junto con los nuevos gestores, planes de saneamiento y relanzamiento consistentes, como ha hecho en otras ocasiones. Y defender ante Bruselas estos planes, para evitar medidas generalizadas de más que discutible rigor. Y como ciudadanos, al Banco de España apelamos.