No es exagerado decir que nuestra clase política no goza de mucha credibilidad ante los ciudadanos en el momento actual; numerosas encuestas así lo ponen de manifiesto y ello es una desgracia para la salud y fortaleza de nuestra democracia
Es imprescindible que la clase política recupere la credibilidad tan prontamente perdida y vuelva a considerarse la actividad política una de las más nobles que puede desempeñar el ser humano. Es necesario para conseguirlo que la misma se realice con honestidad, transparencia, veracidad, respeto a las leyes y con asunción de responsabilidades políticas cuando de ella se deriven actuaciones que no se ajusten a dichos principios.
En la historia de nuestra joven democracia hemos observado las grandes dificultades que las formaciones políticas han tenido para asumir responsabilidades políticas ante actuaciones irregulares de sus cargos y militantes; en mi opinión ese comportamiento ha llevado a la pérdida de credibilidad de los políticos. No es aventurado decir que el comportamiento del Partido Popular en este terreno me ha llevado a pensar que los verbos CESAR Y DIMITIR no forman parte de su acerbo lingüístico.
En el momento actual una conjunción de hechos pone de manifiesto el talante del P.P en este campo de las responsabilidades políticas de sus cargos y militantes. Veamos:
– La sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid condenando a penas de prisión a los máximos responsables militares que intervinieron en el sonrojante caso del YAK-42, pone de manifiesto que la lucha de los familiares de los militares fallecidos por conocer la verdad era justa y así lo ha ratificado el Tribunal. Cierto que la sentencia no es firme y puede ser recurrida ante el Supremo, pero es más que suficiente para que D. Federico Trillo abandone de forma inmediata su escaño de diputado pues en mi opinión está inhabilitado para representar a los ciudadanos. Lo más ético y digno sería una dimisión, de no producirse ésta, el Partido Popular debería pedir públicamente al Sr. Trillo su renuncia al escaño. Así se asume la responsabilidad política. Así se camina hacia la recuperación Ede la credibilidad de la clase política ante la ciudadanía.
– El caso del espionaje a políticos del PP de Madrid por parte de una unidad parapolicial que realizó seguimientos sin base legal, no ha supuesto la asunción de ninguna responsabilidad política. El cierre apresurado de la Comisión de Investigación creada en la Asamblea de Madrid impidiendo se pudiesen aclarar los hechos que afectaban a la Consejería de Interior es una muestra más del talante del P.P en el tema que nos ocupa. La permanencia del Sr. Francisco Granados como miembro del Gobierno Reginal no es de recibo y debilita la credibilidad del conjunto de la clase política.
– El ya superconocido caso Fabra es un ejemplo paradigmático del comportamiento del Partido Popular en lo que atañe a la responsabilidad política de sus cargos y militantes.El Presidente de la Diputación de Castellón, está imputado en varios procesos judiciales en marcha por presuntos delitos graves; el Sr. Fabra continua en su cargo e incluso se le ha considerado ciudadano ejemplar por parte de la dirección del P.P que le sigue dando todo su apoyo. En mi opinión el Sr. Fabra está inhabilitado para desempeñar cargo público alguno y el P.P debiera ya haber forzado su dimisíon o cese.
– El caso Gürtel, con la puesta al descubierto de una trama corrupta en la que presuntamente están implicados altos cargos del P.P de Madrid y Valencia tampoco ha merecido una respuesta contundente y rápida de la Dirección del Partido Popular exigiendo responsabilidades políticas a sus cargos y militantes imputados; en un principio intentaron aniquilar con una vergonzosa de desprestigio al Juez D. Baltasar Garzón, una vez llegado el sumario a los Tribunales Superiores de Madrid y Valencia dada la existencia de imputados aforados y comprobado que las investigaciones del Juez Garzón habían sido certeras y ante la evidencia de los hechos, el P.P de Madrid como medida de maquillaje efectuó el relevo como Consejero de Deportes del Sr. López Viejo, imputado en el sumario pero manteniendo su escaño de diputado regional al igual que otros dos parlamentarios asimismo imputados, los Sres. Bosch y Martín Vasco. En mi opinión los Sres. López Viejo, Bosch y Martín Vasco deben abandonar sus escaños en la Asamblea de Madrid. Así se asumen responsabilidades políticas, así se regenera la clase política.
– En nuestro país se hace necesaria la regeneración de nuestra clase política como garantía de fortalecimiento de nuestra democracia. El Partido Popular puede ayudar mucho en ese necesario camino, exigiendo responsabilidades políticas a sus militantes y cargos públicos, propiciando las dimisiones o produciendo los ceses en los casos que así lo exijan. El comportamiento del principal partido de la oposición no puede seguir siendo el mismo; no puede exigir de forma furibunda cese y dimisiones cuando éstos afectan a sus adversarios políticos y no asumir ninguno de sus cargos públicos y militantes.
– Un comportamiento ético y responsable por parte del Partido Popular es necesario para mantener una democracia fuerte y una clase política respetada por la ciudadanía. Es su responsabilidad, debe asumirla, una buena forma de comienzo sería producir los ceses y dimisiones de todos los cargos y militantes imputados en diferentes Tribunales de nuestro país.
LA DEMOCRACIA ESPAÑOLA SE LO MERECE