Ambos prescindieron de los cuadros, porque ambos consideraron que distraen al espectador y no añaden nada, porque éstos no tienen tiempo para verlos con detenimiento.

Donde se decidía el ganador definitivo de estos dos debates era en la capacidad para exponer las propuestas programáticas para la próxima legislatura. El formato de tiempo tasado (dos minutos) no ofrece la mejor opción para la exposición de dichas propuestas. Con todo y con eso, Zapatero sobresalió muy por encima de Rajoy en este crucial aspecto, ya que Rajoy se limitó a repetir las pocas propuestas que ya insinuó en el primer debate (rebaja de impuestos no cuantificada, el contrato de integración para inmigrantes –para sembrar la desconfianza en algunos sectores más proclives a la xenofobia–) y poco más.

Zapatero fue el único que propuso medidas para esta nueva etapa de globalización, aludió a los esfuerzos que pretende llevar a cabo en telecomunicaciones, Internet, aviónica, energías renovables, genética, además de otros planes (de seguridad, de infraestructuras, de integración de inmigrantes consensuada con la patronal y los sindicatos, etc.), con el objetivo de lograr una mayor cohesión inter-territorial y ciudadana.

Rajoy sacó a pasear al doberman del terrorismo, que a estas alturas ya anda exhausto y con la lengua fuera, volvió a la carga con la carestía de la vida, sin dar ninguna solución y alternativas creíbles, y se volvió a meter en el cenagal del 11-M (ya sentenciado por los jueces) y la guerra de Iraq que le dejó casi hundido.

Zapatero además tuvo un gesto importante cuando expuso muy claramente que es el PSOE el que tiene credibilidad en política social por lo que ha hecho a lo largo de su historia. Fue importante hacer este recordatorio, porque liberó al debate de la personalización y del divismo a los que tanto arrastran estos cara a cara y con ello puso de manifiesto que el día 9 de marzo no son elecciones presidenciales sino elecciones legislativas.

Rajoy iba tan enrocado, tan rígido, que fue incapaz de aceptar para sí mismo su error de contar un cuento de hadas, hueco y cursi en el anterior debate y en éste volvió a sacar a pasear a la niña, esta vez más encogida y relamida. Seguro que se creyó los falsos elogios y las preparadas ovaciones de Génova del día 25 de febrero y volvió a regodearse en la misma faena metiendo de nuevo la pata. Las encuestas en esta ocasión muestran mayor diferencia a favor de Zapatero que en la otra ocasión.

Ahora a esperar lo que salga el día 9 de marzo, que ésta sí que es la encuesta definitiva.