Eso sí, el argumento siempre es el mismo: el culpable Zapatero. Sólo él y nadie más que él. Da igual que la crisis sea mundial, que las naciones amenazadas estén gobernadas por la derecha o la izquierda, que el “milagro irlandés” tan defendido por Rajoy haya caído en la pelea, que todos los gobiernos estén aplicando medidas restrictivas y duras. Véase lo que ha ocurrido durante meses en Francia con manifestaciones continuas, o el desprestigio de Merkel en Alemania, o el enfado general de los británicos que se sienten estafados por Cameron (el conservador a quien tanto aplaude Rajoy y el PP).
La estrategia es desaparecer mientras las cosas están así de feas. No decir nada. No pronunciarse. No enseñar la patita del programa de gobierno. Sólo se puede criticar y criticar, subiendo el tono, generando victimismo, creando enfrentamiento, ninguneando cualquier iniciativa, bombardeando cualquier posible acuerdo. Sólo críticas y mucha ambigüedad. Esto es lo que demostró, con un rostro impecablemente duro, la secretaria general del PP Dolores de Cospedal, cuando en su última comparecencia presentando las propuestas económicas de su partido dijo: “austeridad, sacrificio, esfuerzo, cumplimiento de compromisos, creación de empleo y libertad e igualdad de oportunidades”. ¡Qué bonito! ¿Y eso qué es? ¿Cuántas medidas? ¿Qué significa? ¿Reforma laboral? ¿De pensiones? ¿Subida o bajada de impuestos? ¿Privatización de servicios públicos? ¿Recorte de ayudas y subvenciones?
¡No significa nada porque si dijeran la mitad de lo que piensan hacer, los votantes se asustarían!
Y mientras Portugal ha reaccionado, y de repente las bolsas españolas han comenzado a subir frenéticamente y el Ibex ha alcanzado un 5´42%, disipándose la caza de brujas que intencionadamente revoloteaba por España. Alemania ha tenido un crecimiento extraordinario e inesperado. Y el dinero se ha puesto eufórico. Seguramente se trate de un golpe de optimismo, que falta nos hace, pero aún seguiremos sorteando obstáculos. En España, se sigue adelante en la dura y difícil negociación de la reforma de las pensiones con la prudencia y compromiso de los sindicatos.
¿Qué pasará entonces con la estrategia del PP? ¿Piensan resistir un año más con la estrategia del fin del mundo? Si lo que querían demostrar es que están dispuestos a gobernar, ¡sea como sea y a costa de lo que sea!: Eso ya ha quedado bien claro.
Lamentablemente, el PSOE se lo está poniendo fácil. El Presidente Zapatero está dispuesto a inmolarse en solitario (arrastrando también al partido en caída libre), aplicando las medidas restrictivas que, según él, son imprescindibles. Hace falta mucha más pedagogía política, explicación y socios con los que compartir estas responsabilidades. Mientras tanto, Rajoy reza todos los días esperando que Zapatero concluya su misión para que haga pronto el trabajo sucio e impopular; al fin y al cabo, el PP haría lo mismo… y bastante más.
Así, Rajoy llega a las elecciones autonómicas y municipales, satisfecho con las encuestas aunque la gente le diga que no confían en él, que no aumenta votos, que no es alternativa creíble ni fiable. Pero el PP se presenta con frescura, sin complejos, sin programa, con el trabajo hecho, y con el fardo lleno de pesos pesados, y algunos indecentes, como Camps, Fabra, Matas, Gürtel, Brugal, etc (a los que la estrategia de Trillo espera salvar con prescripciones o invalidando pruebas).
Nadie dijo que construir Democracia resultaba un camino sencillo. El año 2011 ha empezado con dificultades y sorteando obstáculos.