Telemadrid es el mejor medio donde se plasma el esfuerzo de Esperanza Aguirre por diferenciarse del anterior presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón. La primera medida que tomó al acceder al gobierno de la Comunidad fue nombrar como director de la cadena autonómica a su anterior jefe de prensa en el Ministerio de Educación, Manuel Soriano. En la biografía “autorizada” que Virginia Drake hace de Esperanza Aguirre, se habla en estos términos de Manuel Soriano:
«Al núcleo duro de Esperanza Aguirre no tardaron en sumarse Manuel Soriano, nuevo jefe de prensa […]» .
Y más adelante se añade:
«Para trabajar con ella tienes que asumir que estás dispuesto las 24 horas los 365 días del año –advierte Manuel Soriano-»
El actual director de Telemadrid, como vemos, pertenece al “núcleo duro” de Esperanza Aguirre y reconoce que su “vocación de servicio” es completa, podríamos afirmar “cuartelera”.
Cuando Esperanza Aguirre abandona el Ministerio de Educación para ejercer como presidenta del Senado con ella van cuatro miembros de su equipo a la Cámara Alta. Entre ellos, ¡cómo no!, está Manuel Soriano.
¿Cuál es entonces la razón del nombramiento de Soriano como director de Telemadrid? Esperanza Aguirre necesitaba un hombre de máxima confianza, absolutamente subordinado, para desarrollar sus planes. Se trataba, por un lado, de ahondar la diferencia entre ella y el anterior presidente de la Comunidad en la batalla interna del Partido Popular tanto en lo que respecta a la hegemonía ideológica como al liderazgo orgánico y, por otro, subordinar el canal autonómico a la estrategia de consolidación política y social del PP frente al PSOE e IU. Hemos de recordar que en la primera vuelta de las elecciones de mayo de 2003 la suma de votos de PSOE-IU era de 30.928 votos más que el PP y que en la segunda vuelta, en octubre, fueron los populares los que sumaron 27.370 votos más que sus dos adversarios juntos. Así pues, había que consolidar el liderazgo interno y afianzar la distancia electoral frente al PSOE e IU. En todo ello Telemadrid jugará un papel fundamental.
Al tomar posesión del cargo de Telemadrid, Manuel Soriano afirma que la cadena está en crisis debido a que tiene una programación «cutre». Según Soriano, su antecesor en el cargo, Francisco Jiménez Alemán, nombrado por Ruiz Gallardón, había llevado a Telemadrid a la peor de las situaciones: una crisis generalizada en lo relativo a la audiencia y a su credibilidad. Por cierto, obviada que fue en época de Jiménez Alemán cuando se retiró de la parrilla el programa Tómbola. No obstante, la paradoja está en que Soriano hablaba como si Telemadrid hubiera estado gestionada por el PSOE o, en su caso, al servicio del Grupo PRISA.
En consecuencia, Esperanza Aguirre, a través de su antiguo jefe de prensa, da a entender a propios y ajenos que se encuentra en un momento ex novo: no se hace cargo de la gestión anterior. La razón de fondo radica en que la Presidenta quiere hacer visible a la dirección nacional del PP como a la ciudadanía madrileña quién gobierna de verdad esta Comunidad. Esta lucha entre Aguirre y Gallardón se acentúa aún más al perder el PP las elecciones generales.
¿Cuál será entonces la función de Soriano? Aplicar la doctrina Aguirre en la programación que vertebra a la cadena autonómica: los informativos y, colateralmente, debates y tertulias. Podríamos cifrar el criterio de los servicios informativos de la siguiente manera: si antes era «nosotros informamos para que usted se forme su propia opinión», ahora es «nosotros opinamos para que usted se procure la información».