Para las jóvenes españolas están lejanos los tiempos en los que las mujeres apenas trabajaban y proyectaban su papel en la sociedad básicamente como madres y esposas. La inmensa mayoría de las mujeres de hoy trabajan o quieren trabajar, pero no por ello quieren renunciar a ser madres. El problema es que la sociedad española aun se encuentra organizada en buena parte para los modelos y prácticas sociales de otras épocas y se carece de guarderías públicas suficientes y de una legislación que apoye adecuadamente la maternidad, por ejemplo, con bajas por maternidad similares al promedio europeo, o con incentivos fiscales específicos y bien pensados. Por eso, para una mujer joven que no quiere ver truncada su carrera profesional, la decisión de tener un hijo y costear una guardería y sus cuidados, se ha convertido en un empeño no especialmente fácil.

Esta situación, unida a la carestía de las viviendas, a la precariedad de los empleos de muchos jóvenes y a la tendencia a la mileurización de los salarios de las nuevas generaciones, está produciendo, como no podía ser de otra manera, tendencias de debilitamiento de la familia. Por ello, en España cada vez se casan menos personas, se casan más tarde y tienen menos hijos.

En concreto, según los datos del último Informe sobre el Movimiento Natural de la Población, en 2006 se celebraron 211.818 matrimonios, en comparación con 260.974 en 1976, para una población significativamente menor, lo que ha supuesto caer de una tasa de nupcialitad del 7,23 a un 4,70 en 2006. Igualmente, el crecimiento vegetativo de España ha caído desde las 378.449 personas de 1976 a 109.835 en 2006, casi una cuarta parte, a pesar de los repuntes experimentados en los últimos años. Asimismo, la tasa de natalidad ha caído desde un 18,76 de 1976 a un 10,92 en 2006, siendo en estos momentos el número de hijos por mujer fértil en España de 1,37, algo más que en los últimos años en los que nos habíamos colocado a la cola de Europa (con un 1,16 en 1996, por ejemplo). Esta subida se ha debido a los nacimientos de madres extranjeras que han supuesto un 16,46% del total de nacimientos en 2006. Sin embargo, este pequeño aumento continúa manteniendo a España alejada de las cifras de otros países europeos dotados de políticas de apoyo a la familia más generosas y efectivas, como en Francia (1,94), Reino Unido (1,78), Dinamarca (1,78), Suecia (1,76), etc.

Por eso, la medida de los 2500€ ofrece la oportunidad de profundizar en el debate y desarrollar otras iniciativas fiscales y de apoyo que permitan salir a España del furgón de cola de las políticas de apoyo a la familia en la Unión Europea.