“Una historia poderosa y negra, un thriller tragicómico que te hiela la sonrisa”
Rosa Montero
“Un policial negro duro, que usa con acelerador los elementos del género: la violencia, el engaño, los cruces complicados”
Elvio E. Gandolfo
“Un policial magníficamente armado, con vueltas de tuerca sorpresivas que van apareciendo en la trama, y con un cierre perfecto”
Elsa Drucaroff
Érase una vez una mujer llamada Inés, una señora de mediana edad que, de la noche a la mañana, descubre que su marido le es infiel. Sin quererlo ni buscarlo, un buen día encuentra en el maletín de su esposo el dibujo de un corazón pintado con lápiz de labios y la firma de “Tuya”.
Desde ese descubrimiento, desde ese momento fatídico, “Tuya” se transforma en una obsesión permanente y patética de Inés, que va desvelando sus miserias humanas a medida que se enmaraña la trama y la intriga se hace patente. Inés oculta su descubrimiento y sigue a su marido durante días hasta que, por fin, sabe quien es su amante. La historia va dando varias vueltas de tuerca y, suavemente, la que era un ama de casa convencional se transforma en una asesina en potencia. Muy unidos a la acción principal, están los problemas de Lali, la hija única que vive un drama a espaldas de sus padres. Sin duda la desconexión con su madre es uno de los alicientes más genuinos de la novela, además de uno de los condimentos con más sabor para crear el efecto de suspense que se mantiene hasta el final.
El esqueleto de la narración se articula mediante tres registros diferentes: los informes forenses, las conversaciones telefónicas y la voz histérica de Inés. Lejos de complicar la historia y añadirle los rasgos de un laberinto sin fin, este recurso le otorga una especial agilidad y sutileza. Claudia Piñeiro combina hábilmente y con ciertas dosis de magistrales pasajes escritos desde distintas perspectivas, pero todos ellos entrelazados por una sobriedad estilística que recuerda al guión audiovisual. No en vano, la autora ha sido guionista de televisión.
Como en su notable “Las viudas de los jueves”, Piñeiro sabe recurrir a las posibilidades narrativas que ofrecen las inestabilidades recónditas de una honorable familia burguesa. Pocos personajes son necesarios, por cierto, para corroborar la acción de esta novela amena y ardiente. El egoísmo de la madre, las infidelidades del padre y la vida desordenada de la hija única adolescente forman un combinado que, después de agitarlo bien, desemboca en un thriller de sabor intenso y de consecuencias imprevistas.