No sólo el conflicto del Sáhara, también está Irak, Afganistán, Honduras, Somalia… y los más del mil millones de personas en el mundo que pasan hambre y, que lejos de solucionar este problema, lo hemos agrandado en el 2009.

No ha sido un buen año. Ha sido difícil. Y, pese a haber resuelto problemas puntuales, los conflictos graves siguen pendiente de solución. Cerramos el año con el sabor amargo del fracaso de la cumbre de Copenhague sobre el cambio climático. Nos jugamos el futuro de nuestra Tierra y demostramos la incapacidad de buscar soluciones ni a corto ni a medio plazo.

En España, el año 2010 debe ser el año que resuelva los dos principales problemas: la crisis económica y la corrupción política.

La crisis económica es el mazazo que está machacando a innumerables trabajadores llevándolos al paro y al cierre de pequeños negocios y empresas. La situación es grave y un problema de Estado, pero, la conferencia de Presidentes fue “bombardeada” por un PP que se apunta a “cuanto peor le vaya a España, mejores resultados electorales tendrá el PP”: una visión tan cortoplacista e interesada que lo desmerece, no sólo como principal partido de la oposición, sino también como futuro gobierno.

Mientras, empresarios, sindicatos y gobierno sientan las primeras bases y voluntades para hablar del diálogo social. Más vale tarde que nunca. Pero quizás, los protagonistas deban asumir también sus responsabilidades. ¿Es Gerardo Díaz Ferrán el representante más apropiado en estos momentos (con la crisis de Air Comet y Marsans) para cooperar en la salida de la crisis?

El gobierno puede respirar durante unos días pues se han aprobado los presupuestos generales con más aprobación que nunca, lo que indica el grado de responsabilidad de muchos grupos políticos, a excepción del PP. Es obvio que el PP no puede votar a favor si intenta consolidar una alternativa, pero muy distinto es hacer “política de bajos fondos” donde intente jugar al “frentismo, la crispación, el odio al gobierno, y las posiciones irreconciliables”. Le sirvió a Aznar en su oposición; quizás por eso lo repite Rajoy, o porque el PP es incapaz de hacerlo de otra forma, aunque sea en perjuicio de la convivencia democrática. Pero, la aprobación de los presupuestos no indica que el problema de la crisis y el desempleo hayan desaparecido todavía.

El otro gran problema del 2009 ha sido la corrupción política.

Ha afectado a todos los partidos por igual. Pero no han sido iguales las medidas tomadas por cada uno de ellos. Las diferencias han sido notables según quién fuera el presunto corrupto o implicado. Hemos visto al PP nadar con dificultad para rescatar a algunas de sus “vergüenzas” políticas como Don Carlos Fabra, a quien siguen defendiendo de forma incomprensible para toda España. Han cerrado su última ejecutiva aprobando un código ético al mismo tiempo que en Lanzarote ganan una alcaldía con imputados o Camps sigue sin aparecer por las Cortes Valencianas pues ya no sabe qué traje ponerse.

La resolución del Gürtel se resolverá judicialmente en el 2010. El PP habrá perdido la oportunidad de “limpiar” su organización. Y aún quedan muchas explicaciones que dar a sus propios militantes, a sus votantes, y al conjunto de España. ¿Cumple Camps el código ético? ¿Cuál de los dos: el de antes o el de ahora?

Probablemente no cumple ninguno. Y eso lo sabe el PP. También Rajoy. Lo que nosotros no sabemos es cuántos de ellos no lo cumplen. Y, por eso, unos a otros se tapan las vergüenzas.