El trabajo plantea la necesidad de abordar cambios urgentes, estructurales y sistémicos ya que la tendencia de pérdida de posicionamiento absoluto y relativo en todos los indicadores relevantes del país, es preocupante para el futuro de los españoles y su papel en el mundo.

La iniciativa incide en la necesidad de desarrollar medidas que mejoren la competitividad de las empresas, el incremento de su valor añadido a través de la innovación, el emprendimiento y el incremento de la sofisticación y del contenido tecnológico.

Asimismo, el documento apuesta por la incorporación del potencial y talento de la sociedad española, especialmente de los jóvenes. Para que sea posible, es totalmente necesario dar un giro a nuestro sistema educativo, que debe volcarse hacia la búsqueda y consecución de la excelencia, por lo que criterios como exigencia y selección deben ser considerados prioritarios. El cambio que se propone deberá contar con actuaciones orientadas a aumentar el apoyo y la efectividad de la innovación y del emprendimiento. En resumen y conclusión, el sistema educativo de España tiene que ser capaz de obtener de nuestros jóvenes todo el potencial que encierran para crear un verdadero mercado del talento y poder competir en mercados globales.

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