Claude Chabrol parece que últimamente hace siempre la misma película, pero aún así sigue sorprendiéndonos en cada nueva cinta. Su minuciosidad en el detalle, la exquisitez en el lenguaje y su puesta en escena convierten la historia de siempre, en algo muy distinto. Navega por vericuetos de la condición humana, de las relaciones entre la mujer y el hombre y el eterno conflicto del individuo entre lo que desea y le conviene.
En esta ocasión, nos sumerge en los avatares de una joven que busca el éxito en la vida y cuyo encanto seduce a quienes la rodean. Ella se enamora de un prestigioso y depravado escritor pero con quien se casa es con un joven millonario completamente desequilibrado. Aunque parece inicialmente contradictorio, no lo es y a lo largo de la historia van apareciendo las razones de esta decisión.
Claude Chabrol, uno de los decanos del cine francés, dirige a buen ritmo. Recogió merecidos elogios por Borrachera de Poder, sobre una juez que investigaba un asunto de corrupción. En sus siguientes trabajos, -En el corazón de la mentira, Gracias por el chocolate, La flor del mal- regresa a su especialidad, pues hace una disección de la decadencia moral de la sociedad occidental.
Esta vez describe dos familias muy diferentes, la del escritor, que vive sólo con su esposa en una felicidad superficial, pero que en realidad es infiel, y la de la chica que quiere prosperar, hija de madre soltera. Curiosamente, éstas últimas, la madre y la hija, parecen las más felices. El cineasta parisino confiere un carácter alegórico a esta historia que parece un microcosmos sobre la moderna sociedad, con una joven cándida arrastrada a la inmoralidad por su relación con dos personajes muy representativos de la Europa actual, el maduro hecho a sí mismo elegante, que esconde todo tipo de depravaciones, y el joven más pasional y directo, que ha nacido con la vida resuelta, pero enajenado y sin muchos horizontes vitales.
Sin ser tan brillante como otras obras de este maestro del cine. Chabrol imprime un enorme nivel a su trabajo. Con una gran economía de medios, describe a sus personajes con tantos matices que son únicos. Como siempre, saca lo mejor de unos actores.