Cuando ahora hablamos de cine de animación ya no pensamos en ese cine dulzón dirigido exclusivamente a un público infantil. Nadie duda, aunque haya hecho falta casi un siglo de cine de animación, que hoy los dibujos animados han alcanzado el status de cine en igualdad de condiciones. Permítanme corroborar lo que digo, recordando que ha sido el Festival de Cannes de este año el que ha concedido el honor a esta película de inaugurarlo en su selección oficial. Cannes, el escaparate del cine de autor más importante del mundo.
Si en lo formal Disney es la empresa que compró a Pixar, la realidad es que ha sido Pixar, su filosofía y su equipo de creadores la que ha salvado a Disney. Este equipo liderado por John Lasseter se ha superado en cada uno de sus proyectos. Desde 1995 con “Toy Story” hasta “Wall-E” en 2008, pasando por “Buscando a Memo” y “Los Increíbles”, han contado con el reconocimiento del público y de la crítica. Miman la capacidad simbólica de sus guiones, sus argumentos desbordan entusiasmo, rigor y mucho trabajo.
Esta su última película, puede servir como magnífico material didáctico para enseñar cine a las futuras generaciones. En su inicio, en apenas dos minutos, nos cuenta la más bella historia de amor sin apenas diálogo. La magistral concatenación de imágenes, secuencias perfectamente ensambladas y un dominio de la cámara virtual nos sumerge en una de las mejores realizaciones en el más puro lenguaje del cine clásico.
“Up, una aventura de altura” nos cuenta la historia de Carl Fredricksen un vendedor de globos de 78 años de edad que finalmente logra concretar su viejo sueño, mejor dicho el de su difunta esposa. Para ello, inicia su gran aventura atando miles de globos a su casa y, así, volar hacia las agrestes tierras de Sudamérica. Sin embargo, apenas iniciado el viaje descubre que, sin quererlo, ha sumado a la travesía a quien se convertirá en su peor pesadilla: un súper optimista niño explorador de 8 años llamado Russell. Todo cambia con la aparición de este jovencito, con quien Carl entabla una fuerte amistad, que dará lugar a un montón de líos. En esta aventura queda patente, como conclusión, que merece la pena luchar por realizar nuestros sueños. Y sobre todo, que merece la pena pasar un buen rato disfrutando de buen cine aunque sea en “dibujos animados”.