El hundimiento de un buque carguero en el puerto de Ibiza ha dado lugar a un vertido de carburante en un área de alto interés natural y de notable proyección turística, en pleno período vacacional.
La minimización de los impactos y las llamadas de las autoridades a no exagerar las informaciones, es poco probable que logren neutralizar los efectos que va a producir tan lamentable accidente.
Por ello, hay que entender que lo importante, en casos como éste, es tomar conciencia de la necesidad de reforzar todas las medidas posibles para evitar tal tipo de accidentes. Atajar más radicalmente las causas y no esconder la cabeza debajo de las alas es lo que habría que hacer.