Las preguntas clásicas aquí parecen no tener cabida. ¿Qué grupos sociales ascendentes se benefician de lo que sucede?¿Que cobertura ideológica dan abrigo a sus intereses?¿Qué forma de organización social puede emerger? O prescindiendo de la clave nacional. ¿Existe algún país o países que busquen otro equilibrio internacional empleando como palancas los acosos especulativos? Alguien puede sonreír. Pero mi opinión es la misma que la de Woody Allen. No hay que confundirse. A los paranoicos, en ocasiones, también los persiguen.

El capitalismo financiero internacional y su brazo armado, las agencias de calificación de riesgo, por sí mismos, no parecen tener un plan para nosotros. Solamente lo tienen para ellos. Y me explico. Cuando se propuso la investigación de los ataques especulativos se afirmó desde las instituciones financieras internacionales que no existía intencionalidad. Como diría Strauss Kahn, los mercados y yo somos así, señora. Pero estas eran explicaciones de “quita y pon”, como la ropa interior del cuplé. ¿Si creen en una mano invisible que equilibra los mercados, como se niegan a admitir la posibilidad de unas manos invisibles que los desequilibra intencionadamente?

La especulación ha transformado el capitalismo en un monstruo supranacional que solamente rinde cuentas en el balance contable. Realmente, son un puñado de nombres y apellidos con número de pasaporte incluido. Estos monstruos financieros ya no viven en los zoológicos nacionales ni se exhibe en los circos políticos locales. Su compromiso con sus países es evidente. A los Botín les investigan por sus cuentas en el extranjero. Continuamos esperando la larga lista de patriotas defraudadores con lo público. Algunos deportistas, músicos, escritores junto al resto de la caterva, compaginan sin disonancia cognitiva alguna premios nacionales y residencias fiscales en el extranjero.

Los políticos ya no pueden esperar ayuda del dinero para legitimar el sistema de dominación actual. No mediante el consumo; no ofreciendo fuego de cobertura ideológico. El poder económico ha dejado a la política, con minúscula, desnuda ante la sociedad. Los Estados pueden quebrar, dicen. Les da igual que venga detrás conflicto social, político o dictaduras. Grecia es el experimento. Detrás los demás. Hace tiempo que esto se ha convertido en una cuestión de seguridad nacional. Confiemos que allí donde habita la inteligencia (CNI) con más datos, lo vean venir. Y hagan algo. Pero es dudoso.

Tampoco hay un plan político. Dado el sistema de reclutamiento de parte de la clase política española y europea, encontramos políticos de amplio espectro democrático. En España a algunos les da igual ir a cortes por el tercio familiar o de eurodiputados por el tercio de Flandes. Aprendieron lo básico: que democracia es votar cada cuatro años y el respeto a las instituciones. Dejaron fuera todo lo demás: las ideas y los ideales. No vale la pena perder el tiempo con ellos y ellas. Como diría Max Weber, son históricamente anécdotas. Eso sí, unas anécdotas “cojoneras” y con coche oficial. Pero esta claro que muchos no se enteran de lo que esta sucediendo. Están concentrados en el cargo y con la mirada fija en algún consejo de administración. Son listos útiles, tan en lo suyo que el cambio pasará por y sobre ellos.

Entonces, si los especuladores internacionales no tienen planes nacionales, más allá del toma el dinero y corre, y los políticos están en cómo me lo maravillaría yo, ¿solamente se configura conflicto y caos al menos para los PIGS?

En la cobertura ideológica del capitalismo a día de hoy encontramos más de lo mismo. Pero no tiene futuro. “Relata refero”. Presentan un Informe de CEOE dirigido por Víctor Pérez Díaz. Es un sociólogo liberal importante, como demuestra el acento en nombre y apellidos. Al parecer el éxito académico y educativo depende de la herencia genética. Han evaluado la correlación entre el nivel académico del padre y el de los hijos naturales y adoptados. Es mayor en el primero de los casos. Supongo que con prueba de paternidad incluida. Por algo las culturas sabias son matrilineales. Pero es difícil vender ahora la moto de que los más ricos lo son por ser los mejores. Y sus hijos también, como en la vida de Brian. La parte positiva es que si el éxito es genético, en un futuro podremos escoger para nuestros hijos sexo, color de ojos y que les pongan algún gen de carrera diplomática, judicial o familia de banqueros. Hoy por hoy, lo que sí se puede afirmar con rotundidad es que independientemente de inteligencia, preparación o mérito la herencia genética es fundamental para llegar a ser rey. Y poco más.