Comparecían días atrás el señor Feijóo y el presidente Aznar y aquel otrora parlante del catalán en la intimidad, generando en acuerdos tributarios con la comunidad catalana y conocido por las palabras tan solemnes, como “créame hay armas de destrucción masiva que nos obligan a participar en esta guerra”.

Esto después de haber dicho con acento chicano y los pies en la mesa de su anfitrión George Bush JR., aquello de “estamos trabajando en ello…”

Pues bien, días atrás hizo un llamamiento para salvar a España y a la democracia, haciendo caso omiso a aquello que sostenía Azaña, que a pesar de lo que se hace para destruirla, España subsiste: “Ellos forjan el porvenir” decía, “y yo del porvenir no sé nada”. El papel de profeta no me cumple.

No nos encontramos por primera vez ante esta situación, en absoluto, en la historia de España, si encontramos, sin embargo, a la derecha ya beneficiándose, ya convocando a la salvación de la patria y la democracia.

La de Alfonso XIII/Primo de Rivera, la propuesta por Azaña; aquella en que Negrín proponía una amnistía para todos los españoles que quieran reconstruir y engrandecer España. Por fin, la ley de Amnistía de 15 de octubre del 76, mediante decreto ley promulgado por el gobierno Suarez. Una ley que establecía la amnistía para todos los actos de intencionalidad política considerados delitos por la legislación, ejecutados hasta el 15 de junio de 1977. Afectaba a la prescripción de delitos cometidos por los militares hasta 1939.

Una Amnistía por parte de los franquistas sostenía Carme Molinero.

El empuje de la oposición democrática forzó a la amnistía general de 1979, que contó con la oposición de Fuerza Nueva y Alianza Popular.

No es el momento de establecer las diferencias, tantas veces hechas por personas más autorizadas y que nuestra constitución recoge perfectamente entre Amnistía e Indulto. Recordaré, sin embargo, que el presidente Aznar utilizó esta figura durante su mandato en 5948 ocasiones, casi el doble que el presidente Zapatero.

El conflicto catalán se dibuja a lo largo de nuestra historia con más o menos intensidad y en algunos casos virulencias, particularmente desde 1886 hasta 2023.

La frustración que supuso para muchos catalanes, la negativa al autonomismo útil, que el Tribunal Constitucional rechazó en sentencia después de haber sido votado, no justifica empero, la declaración unilateral ni las actuaciones de los últimos años del independentismo catalán.

Pero no olvidemos, que fue en un gobierno del PP. (Rajoy) cuando se produjo el incremento notabilísimo de los partidarios de la independencia, la declaración unilateral, la salida de España del señor Puigdemont y el ambiente irrespirable en Cataluña y en España.

La posibilidad de devolver a la política lo que nunca debió de salir de ella, de encontrar fórmulas de convivencia mutua en la diversidad de lo igual, que dignifica y dignificará España, no puede ser roto por francotiradores de la palabra, por alarmistas y adulteradores de la verdad.

Es el tiempo de volver a recordar a D. Manuel Azaña y si les queda algo más limpio que la insidia, piensen en sus palabras:

“Ya no tienen odio, ya no tienen rencor y nos envían los destellos de la luz, tranquilas y remota como la de una estrella, el mensaje de la patria eterna que dice a todos los hijos: Paz, Piedad y Perdón.”

CODA:

Entre la escritura de esta opinión y su publicación, una serie de actos, insertos en la categoría de terrorismo urbano han tenido lugar ante las sedes del PSOE en gran parte de España.

No olvidemos que Aznar dijo literalmente… “el que pueda hacer que haga…”

Las acusaciones de hipérbole del moderado Semper, los virajes de última hora de Gamarra y de Ayuso, no buscan, si no después de poner a arder España, apartarse cínicamente y salir el domingo después de misa…

Unos ponen el Prólogo y otros el Epílogo