Película basada en la novela de Matt Cohen, “aborda cómo reaccionar ante la pérdida de un ser querido y cómo seguir adelante manteniendo los recuerdos sin traicionar la memoria del fallecido”, tal y como nos explica Susan Sarandon, la actriz protagonista de la misma. Es una historia que narra el encuentro entre una mujer y dos de sus compañeros en un campo de concentración durante la II Guerra Mundial.
En 1945, Jakob Bronski, un joven disidente retenido en Drancy, toma bajo su protección a dos niños, Melanie y Christopher. 40 años después, Melanie descubre que el ahora anciano Jakob, de quien ella creía que había sido trasladado de Drancy a Auschwitz y asesinado, sigue vivo. Inmediatamente le invita a vivir con ella y su familia en su granja de Canadá. Jakob llega con Christopher para dar una sorpresa a Melanie, y ambos tendrán que enfrentarse al auténtico vínculo que les une. El pasado explota en el presente en una tierna e inesperada historia de amor que cambiará sus vidas y la de los seres que les rodean.
Es una peculiar e interesante catarsis, que nos recuerda al cine de Ingmar Bergman, magníficamente interpretada por la siempre comprometida Susan Sarandon y Christopher Plummer, quien lleva 50 años como uno de los actores de teatro de habla inglesa más distinguidos y recientemente ha acabado las representaciones como Rey Lear, valiéndole la nominación al Tony.
Susan Sarandon ha sabido aportar sensualidad e inteligencia a todos los papeles que ha interpretado gracias a una enorme versatilidad, desde su valiente encarnación en Los búfalos de Durham, pasando por interpretaciones nominadas por la Academia en Thelma and Louise, El aceite de la vida, El cliente y Atlantic City, hasta su papel en Pena de muerte, por el que ganó un Oscar y un Premio SAG.
Una buena película que conmueve, engrandecida por la interpretación de estos grandes actores del cine y del teatro.