El bloqueo por parte de la CEOE a la renovación del Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), que marcaba una horquilla orientativa para los incrementos salariales en los últimos años, es la principal causa de que los sueldos bajo convenio subieran un 2’6% en octubre. Cinco puntos por debajo de la inflación, que fue del 7’3%.

La negativa de los empresarios a incluir cláusulas de revisión salarial en función de la inflación está impidiendo la actualización de los salarios, a los constantes aumentos de la cesta de la compra, mermando así el consumo y arrastrando a la baja el crecimiento económico.

Con los datos sobre negociación colectiva publicados la pasada semana por el Ministerio de Trabajo, de los 2.801 convenios y casi ocho millones de trabajadores afectados, menos de dos millones tienen en el acuerdo una cláusula de revisión salarial, lo cual tampoco les ha permitido recuperar poder adquisitivo, puesto que el incremento todavía no supera el 2’8% de media.

En estas condiciones no es raro que España se sitúe a la cola del crecimiento salarial de la Zona Euro. Según un informe del Banco Central de Irlanda, entre los meses de agosto y octubre la subida media fue del 5’2%; en España se quedó en el 3’5%, muy por debajo de países como Alemania con el 7’1%, Francia con el 5%, Irlanda con un 4’7% o Países Bajos con el 4%.

Los salarios reales que se cobran este año 2022 serán un 12’8% inferiores a los de 2008, todo ello realizando el mismo trabajo, lo cual puede llevar a la recesión de la que tanto habla la derecha económica y mediática de este país.

Sin embargo, los datos de la situación económica son relativamente estables: los márgenes empresariales se han disparado hasta el 10% sobre ventas, según las estadísticas de la Agencia Estatal de la Administración Tributaria. Los datos del paro siguen bajando, y a pesar de que todavía hay tres millones de desempleados, los afiliados a la Seguridad Social llegan a los 20.250.000, creciendo por 18º mes consecutivo. La reforma laboral está haciendo que casi el 46% de los contratos registrados en el mes de octubre hayan sido indefinidos.

La última oferta presentada por UGT y CCOO a los empresarios, donde plantean que este año los salarios suban el 3’5%, el próximo el 2’5% y el 2024 el 2%, con cláusulas de revisión que permitan ajustar las pérdidas de poder adquisitivo, no parece descabellada, y mucho menos el motivo para que la CEOE se cierre en banda a negociar acuerdos que permitan mantener el poder de compra de más de once millones de trabajadores y trabajadoras. Un acuerdo en estas condiciones facilitaría la estabilidad económica y ayudaría a la recuperación en momentos tan complicados como los que estamos viviendo.

Resulta muy difícil entender la negativa empresarial a negociar y, al mismo tiempo pedir un pacto de rentas como hacen algunas organizaciones empresariales. Porque la cláusula de revisión es vital en una encrucijada tan volátil como esta, rechazarla de plano tiene poca justificación cuando el margen de negociación es todavía muy amplio. Esta cerrazón solo puede entenderse por la presión política de algunas de las federaciones sectoriales de CEOE, muy relacionadas con la derecha política, que presionan para abortar la renovación del AENC, utilizando las posibles interferencias que esto pudiese ocasionar en la renovación de su cúpula que se realizará el próximo día 23 de noviembre.

Si así fuese, pronto lo sabremos. Sospecho que tras una etapa de acuerdos (14), en momentos tan críticos como los vividos durante la pandemia, hay sectores empresariales que buscan endurecer la negociación colectiva para hacer que esta crisis inflacionista recaiga sobre los trabajadores, como ya ocurrió en la crisis económica del 2009. Para ellos la negociación colectiva no es un sistema de reparto equilibrado que mejora la calidad de vida de los trabajadores y fomenta el consumo y el ahorro, sino la fórmula por la cual se puede trasladar a los costes salariales mayores beneficios.

Ya en 1776 el Marqués de Condorcet (filósofo, matemático y político francés) decía. “Al tesoro siempre le resultará más barato mejorar la condición de los pobres para que puedan comprar grano, que bajar el precio del grano para ponerlo al alcance de los pobres.”