Introducción
Como todos los años, el mes de enero lo dedicamos a la consideración de las perspectivas y retos que, previsiblemente, van a enmarcar la dinámica del año, y a las tendencias a medio plazo que definen algunos de los institutos o centros de investigación dedicados a la prospectiva ecosocial. Y, aunque son muchos los Informes que afrontan los riesgos previsibles a medio-largo plazo, desde distintos enfoques, perspectivas e intereses, anualmente consideramos en esta Sección The Global Risk[1] que se elabora para las reuniones del Foro de Davos de cada enero, y que será objeto de consideración el 17 de enero de 2022, pese a que la pandemia ha hecho que, por segunda vez, el Foro Económico Mundial de Davos, en su 52ª edición, posponga su celebración hasta mediados de 2022, con el objetivo de intentar mantener las reuniones interpersonales entre líderes, presidentes de multinacionales, presidentes de gobierno, ministros y responsables de distintas áreas de la economía, las finanzas, el periodismo, etc., que son su principal base para incidir en la dinámica del planeta.
En todo caso, tras un 2021 en el que el lema del Foro fue “El Gran Reinicio”, tratando de incidir sobre las tendencias mundiales en los procesos de trasformación tecnológica, en construir una nueva economía y sociedad, que se movilizara para combatir el calentamiento global, gestionar y difundir el uso de las Tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial, y promover la mejora y cooperación global, cara a avanzar hacia un futuro más inclusivo, cohesivo y sostenible, la 52ª edición no se muestra con los mismos niveles de optimismo que la anterior.
De hecho, como uno de los aspectos principales del Global Risk 2022, cabe señalar que sólo un 11% de expertos considera que lo que denominan recuperación mundial (que se entiende volver a fiar en el crecimiento del PIB la citada recuperación) se produzca en los próximos tres años. Frente al 42% que considera que en estos tres próximos años preponderarán la volatilidad y las “sorpresas”; al 37% que prevé un incremento de las fracturas y desigualdades entre ganadores y perdedores; o al 10% que destaca la superación de “tipping points” (puntos de inflexión/saltos cualitativos) y la producción de catástrofes de distinto tipo.
Y, en todo caso, el Informe pone el acento en el hecho de que las diferencias en el progreso de la vacunación entre los distintos países están creando una recuperación económica divergente, que corre el riesgo de agravar las divisiones sociales y las tensiones geopolíticas preexistentes, dificultando un enfoque coordinado y suficientemente rápido de los principales desafíos con que se enfrenta el Planeta; y, en particular, en frenar el calentamiento global, que sigue siendo el principal problema señalado en el Global Risk 2022, ya que el “Fracaso de la Acción Climática” aparece como la amenaza más crítica[2] para el mundo, tanto a mediano plazo (2 a 5 años) como a largo plazo (5 a 10 años), con el mayor potencial para dañar gravemente a las sociedades, las economías y al planeta.
En todo caso, señalan la “Erosión de la Cohesión Social”, la “Crisis de Supervivencia” y el “Deterioro de la Salud Mental” como los Riesgos que se han incrementado en mayor medida desde el inicio de la pandemia del Covid-19. E inciden en tres áreas con riesgos emergentes, adicionales a las asociadas al calentamiento global: la Ciberseguridad, las Presiones Migratorias y la Competencia por el Espacio Exterior[3].
Cambios metodológicos en el Informe
En el Apéndice C recogen los cambios introducidos este año frente a los Informes anteriores, destacando la consideración de dos nuevos riesgos en la encuesta de 37 riesgos en que se basa el Informe (“Confrontaciones Socioeconómicas” y “Daños a la Salud Humana por la Contaminación”), habiendo procurado mantener la definición del resto de 35 riesgos de forma que permitan comparaciones en los resultados con la gravedad y probabilidad definida en Informes anteriores; si bien hay que señalar que los cambios introducidos en la estructura última no facilitan esa comparación en todos los casos. Uno de los Riesgos que modifica su denominación es el de “Contestación Geopolítica al Uso de los Recursos Estratégicos”[4], que ahora va a aparecer en décima posición en cuanto a su importancia como Riesgo a medio-largo plazo.
El resultado de la encuesta considera 959 respuestas, aunque el número total de las consideradas válidas depende de ´cada cuestión planteada (entre 829 y 957, según el caso) con una estructura de las respuestas utilizadas que responde a los distintos sectores encuestados de la forma: 41% negocios; 17% academia; 16% gobierno; 10% ONGs; 9% organizaciones internacionales; y 7% otros. Hay una clara preponderancia del sexo masculino (64%) y de los grupos de edad de 40 a 59 años (55%), seguido del de 30 a 39 años (20%) en los que responden a la encuesta.
La forma de ponderar las respuestas se establece en base a cuestiones y valoraciones diferentes, según cada uno de los seis capítulos en los que se centra el nuevo Informe[5]:
- Retrospectiva de la Covid-19 y perspectiva futura.
- Horizonte de Riesgos Globales.
- Severidad de los Riesgos Globales.
- Efectos de los Riesgos Globales.
- Esfuerzos de la Gobernanza Internacional para mitigar los efectos de los Riesgos Globales.
- Cuestiones abiertas.
Capítulos que, en lo que interesa a este artículo, tratamos en el epígrafe siguiente.
Inestabilidad social, incertidumbre y riesgos ambientales crecientes.
El coste humano y económico del Covid-19 está siendo muy elevado y desigual entre países, clases sociales, niveles de ingreso y género. Está revertiendo años de progreso en la reducción de la pobreza y la desigualdad, y está debilitando la cohesión social y la cooperación global, perjudicando en mucha mayor medida a jóvenes y mujeres de países con mayores niveles de pobreza[6]. Factores todos ellos que están también asociados a una sensación de malestar social provocada por las restricciones para prevenir contagios y por las pérdidas de unas condiciones de vida (ocio, relación social directa, etc.) que están llevando a un incremento de los conflictos sociales, a la fragmentación política y al incremento de tensiones geopolíticas, en un marco en el que no hay que olvidar Riesgos de Conflictos Militares, incluso en Europa (basta recordar las recientes declaraciones de la OTAN y las respuestas dadas por Rusia sobre Ucrania), ya presentes en los frecuentes ciberataques, y que la Proliferación y Uso de Armas de Destrucción Masiva podrían llevar a Escenarios nada deseables.
Como señala el Informe Global Risk 2022, lo que el año pasado eran posibles riesgos económicos colaterales de la Coid-19, ahora son peligros claros y presentes, tanto en las interrupciones en las cadenas de suministro, en la inflación, en el fuertísimo incremento de deuda, en las brechas en el mercado laboral, o en el proteccionismo y en las disparidades educativas, entre otros aspectos cruciales; lo que está empujando a la economía mundial hacia la inestabilidad y la volatilidad, subordinando los Gobiernos, en muchos casos, por la necesidad de actuaciones urgentes coyunturales, la gravedad de los desafíos climáticos y ambientales del Planeta, que siguen siendo los que se reiteran como los más graves en sus efectos y más probables en su materialización en el nuevo Informe de 2022.
En efecto, hasta 2026, los encuestados señalan los riesgos sociales y ambientales como los más preocupantes, pero a más largo plazo (10 años) los riesgos ambientales, como ya sucedía en Informes de años anteriores, se perciben como los más críticos y potencialmente más dañinos para las personas y el planeta. De hecho, los diez Riesgos que se destacan en el Informe como más graves, en un horizonte de entre 5-10 años, serían:
- Calentamiento global por el fracaso en la acción climática.
- Sucesos climáticos extremos.
- Colapso de ecosistemas y pérdida de biodiversidad.
- Crisis en los recursos naturales.
- Desastres ambientales producidos por el hombre.
- Erosión en la cohesión social.
- Migraciones involuntarias.
- Avances tecnológicos adversos
- Confrontaciones socioeconómicas
- Contestación al uso geopolítico de los recursos
La relevancia de los Riesgos relacionados con el medio ambiente se mantiene desde el Informe de 2016. Así, de los diez Riesgos más significativos de 2019 y 2020, seis tenían carácter ambiental, manteniéndose los mismos del “top ten” de 2018, pero incrementando su gravedad global relativa y consolidando el incremento de importancia que se produjo en estos en 2018 respecto a 2017.
En 2021, el incremento de importancia de las Enfermedades Infecciosas (obvia por la incidencia de la Covid-19) y de los riesgos sociales derivados de las medidas adoptadas para combatir los efectos de la pandemia sobre la salud ciudadana (Crisis en los medios de vida, Erosión en la cohesión social y Migraciones involuntarias) y económicos asociados (Crisis de deuda pública y Estancamiento prolongado) hicieron que quedara fuera de las diez primeras posiciones los Desastres naturales (posición 4ª en 2020) definidos ya en 2021 como Desastres geofísicos, pero que se mantuvieran el resto de Riesgos ambientales ya tradicionales.
Así, apreciamos que los principales Riesgos considerados en el Informe para los próximos diez años, siguen siendo fundamentalmente ambientales (Calentamiento global por el fracaso en la acción climática; Sucesos climáticos extremos; Colapso de ecosistemas y pérdida de biodiversidad; Crisis en los recursos naturales; y Desastres ambientales producidos por el hombre), seguidos por cuatro Riesgos de índole socioeconómica (Erosión de la cohesión social; Migraciones involuntarias; Confrontaciones socioeconómicas globales; y Contestación al uso geopolítico de los recursos). Por el contrario, las Enfermedades infecciosas, encumbradas por la Covid-19, en 2021, a la segunda posición, o las Crisis en los medios de vida, Crisis de deuda pública o Estancamiento prolongado, son Riesgos que, aun apareciendo reflejados en el Informe con relevancia en su influencia a corto y medio plazo (hasta 2026), desaparecen como Riesgos fundamentales a más largo plazo. Corto y medio plazo en el que también el Deterioro de la salud mental y el Estallido de las burbujas de activos tienen un reflejo significativo junto a los Fallos en la Ciberseguridad o la Desigualdad Digital[7].
En todo caso, sigue disminuyendo el peso relativo que se estima para los Riesgos tecnocráticos a largo plazo, ante el creciente peso proporcionado a la salud del planeta[8], manteniéndose la importancia de los Fallos en Ciberseguridad, pero descendiendo la importancia relativa de la Concentración de Poder Digital, y de la Desigualdad Digital, que ahora son sustituidos por el Riesgo de Avances tecnológicos adversos[9]. En ese sentido se destaca el hecho de que las medidas que se están adoptando en aspectos ligados a los Riesgos de la Inteligencia Artificial, Explotación del Espacio, Ciberataques o Desinformación, o Migraciones Involuntarias[10] son claramente insuficientes ante la magnitud de los retos asociados.
Se mantienen, como tradicionalmente, los impactos potenciales de las Armas de Destrucción Masiva, y suben en importancia los Riesgos de Inflación, de Subida de los Precios de las Materias Primas y de Crisis de Deuda, que refuerzan la problemática asociada a las Crisis de los Medios de Vida, y al descontento y malestar de la población, fundamentalmente la juvenil. Porque conviene destacar, en línea con lo que se ha venido subrayando en distintos artículos de esta Sección, que The Global Risk 2022 establece (página 16) que la Erosión de la Cohesión Social es el Riesgo que más se ha agravado a nivel mundial desde el inicio de la crisis del Covid-19, según los encuestados; y que este Riesgo se percibe como una amenaza crítica para el mundo, a corto, medio y largo plazo, y se considera como uno de los potencialmente más dañinos para los próximos 10 años.
Por otro lado, hay que señalar que los cambios en la estructura y contenidos del Informe llevan a una relativa desaparición de uno de los problemas subyacentes que en mayor medida incide sobre los Riesgos sobre la sostenibilidad futura en el seno de una sociedad de consumo capitalista que, como hemos destacado en esta Sección reiteradamente, se centra en el crecimiento demográfico mundial. Crecimiento que, combinado con una distribución desigual de los recursos, con los procesos pandémicos y con los efectos del calentamiento global, conduce a una inseguridad e inestabilidad económica creciente, a la insuficiencia alimentaria en amplias zonas del planeta, a una creciente pérdida de biodiversidad, a una mayor producción y consumo global, incluidos los compuestos sintéticos y plásticos desechables contaminantes (la mayoría de los plásticos se producen a partir de combustibles fósiles), al aumento de las posibilidades de que se produzcan nuevas pandemias, al hacinamiento de la población en urbes crecientes, al crecimiento de las desigualdades internas y, finalmente, a nuevos conflictos internos e internacionales que incrementan las posibilidades de guerras locales y de migraciones no deseadas.
Porque, si no se enfrentan los riesgos ambientales, que son los más destacados a largo plazo, y estos se superponen con una mayor fragmentación social, los resultados finales pueden ser fuertemente dramáticos para el devenir global. En particular, por su incidencia sobre una generación de jóvenes doblemente afectada por la crisis financiero-especulativa de 2008, que se ve ahora constreñida por los efectos asociados a la pandemia de la Covid-19 (segunda gran crisis mundial en una década), corriéndose el riesgo de abocar a una generación sin perspectivas futuras, que pierda la confianza en las instituciones económicas y políticas actuales. Problema que The Global Risk 2022 considera que está siendo desatendido en gran medida y puede llegar a convertirse en una amenaza crítica para el mundo a corto/medio plazo.
Una observación final. Por primera vez, en su Apéndice B, se señala la definición realizada sobre los cinco riesgos principales para cada país, para los dos próximos años, en base a las respuestas de más de 12.000 líderes mundiales, resultando para España los cinco siguientes:
En el próximo artículo incidiremos en la que consideramos reducida representatividad relativa de algunos de estos Riesgos para España, en el marco de la política y actuaciones del Gobierno actual, pero en la persistencia de graves Riesgos complementarios que exigirían una mayor incidencia política en ámbitos de reconocida urgencia.
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[1] https://www3.weforum.org/docs/WEF_The_Global_Risks_Report_2022.pdf
[2] El 77% de los encuestados señalan que los esfuerzos internacionales para mitigar el cambio climático “no han comenzado” o están en “desarrollo temprano”. Y destacan que, entre otros efectos, el fracaso en la adopción de las medidas climáticas necesarias podría reducir hasta en un sexto el PIB global.
[3] Las previsiones de lanzamientos de nuevos satélites, adicionalmente al turismo espacial y los intentos de apropiarse de materias primas en el espacio pueden generar graves problemas tanto a las comunicaciones por satélite como a la propia sostenibilidad del uso del espacio exterior.
[4] Riesgo que se define como “Concentración, explotación y/o restricción de la movilidad por parte de un estado, de bienes, conocimientos, servicios o tecnología críticos para el desarrollo humano con la intención de obtener una ventaja geopolítica.”
[5] Véase el citado Anexo C. Págs. 110-111. https://www3.weforum.org/docs/WEF_The_Global_Risks_Report_2022.pdf
[6] El Global Risk 2022 señala (página 7) que, para 2024, las economías en desarrollo (excluyendo China) habrán reducido un 5,5% su crecimiento esperado antes de la pandemia para el PIB, mientras que las economías avanzadas lo habrán superado en un 0,9%, ampliando la brecha de ingresos global.
[7] En The Global Risk 2022 se destaca que el software de secuestro de datos (ransomware) hasta que se abona una determinada cantidad, se ha incrementado en un 435%, en 2020. Y que las desigualdades en capacitación personal y acceso a la digitalización, o los errores humanos que permiten fallos en la ciberseguridad siguen siendo elementos fundamentales de nuevas desigualdades territoriales y sociales.
[8] El Global Risk 2022 destaca que, en 2020, varias ciudades de todo el mundo experimentaron temperaturas extremas que no se habían visto en años, como un máximo histórico de 42,7°C en Madrid, o el record de los últimos 72 años de -19°C en Dallas; o que regiones como el Círculo Polar Ártico han promediado temperaturas de verano 10°C más altas de la media histórica.
[9] Definidos como (página 95): “Consecuencias negativas intencionadas o no intencionadas de los avances tecnológicos sobre los individuos, empresas, ecosistemas y/o economías derivadas de la aplicación de la IA, interfaces cerebro-computadora, biotecnología, geoingeniería, computación cuántica, etc.
[10] El Global Risk 2022 destaca cómo la creciente inseguridad resultante de las dificultades económicas, la intensificación de los impactos del cambio climático y la inestabilidad política, ya están obligando a millones de personas a abandonar sus hogares en busca de un futuro mejor, o de su supervivencia, inicialmente en el propio país, o en el extranjero, y cómo los crecientes Riegos asociados a las dinámicas que subyacen en estas migraciones se están intensificando sin que se adopten medidas estructurales suficientes para su mitigación.