Desde la entrada en vigor la reforma laboral de 2021, acordada por el Gobierno Progresista con las organizaciones empresariales y sindicales más representativas (CEOE, CEPYME, CCOO y UGT), el empleo y la contratación indefinida vienen teniendo una evolución favorable. En el primer trimestre de 2023 a pesar de que se destruyeron 11.100 empleos, es el menor descenso para este trimestre desde 2007 y el número de ocupados se sitúa por encima de los 20,45 millones de ocupados, los activos aumentan en 92.700 y la población activa llega a 23,58 millones de personas. El número total de trabajadores por cuenta propia crece en 12.100 personas en variación trimestral
Según la Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE), de enero a marzo la destrucción de empleo ha sido inferior a los datos registrados en el mismo periodo de los años anteriores, pues en 2022 se destruyeron 100.200 empleos y en 2021 137.500. En términos desestacionalizados la variación trimestral es del 1,16%. El empleo ha crecido en 368.000 personas (un 1,83%) en los 12 últimos meses. La tasa de actividad se sitúa en el 58,55% y en el último año la población la activa se ha incrementado en 321.100 personas.
Tradicionalmente el primer trimestre suele ofrecer malos datos en el mercado de trabajo, este año el paro aumento en 103.800 personas, lo que elevó el número de desempleados por encima de los 3,12 millones de personas, siendo 1,42 millones hombres y 1,69 millones mujeres. En los 12 últimos meses el paro ha disminuido en 47.000 personas (–1,48%), la tasa de paro se sitúa en el 13,26%, un 11,6% para los hombres y un 15,1% para las mujeres. La tasa de paro de los menores de 25 años disminuye al 30% y entre los mayores de 55 aumenta hasta el 11,8%.
En el primer trimestre la contratación indefinida se ha incrementado en 93.800 personas, y la contratación temporal se ha reducido en 117.000 personas. En variación anual, el número de asalariados ha crecido en 419.800, el empleo indefinido aumenta en 1,52 millones de personas y el temporal se reduce en 1,10 millones de personas. En los 12 últimos meses el empleo a tiempo completo se incrementa en 372.000 personas mientras que el empleo a tiempo parcial se reduce en 4.000 trabajadores. De los 17,3 millones de asalariados ocupados 14,35 millones tienen un contrato indefinido y 2,99 millones están contratados temporalmente. La tasa de temporalidad retrocedió seis décimas, hasta el 17,2%. En 2007, antes de estallar la burbuja inmobiliaria, había unos 12 millones de indefinidos y cinco millones de temporales y la tasa de temporalidad era del 31,94%.
Esta evolución favorable de la estabilidad en el empleo beneficia a muchas personas y se valora positivamente en las instancias de la Unión Europea (UE) y por los organismos internacionales. En cambio, el Partido Popular (PP) viene acusando, sin ningún fundamento, al Gobierno de “maquillar los datos del paro”, poniendo en entredicho las estadísticas oficiales y atribuye al Gobierno de manipular los registros de la contratación a través del contrato del fijo discontinuo. Según el Gabinete de Estudios de UGT la disminución de la temporalidad se debe al aumento de la contratación indefinida de carácter permanente, ya que el 86,1% corresponde al empleo indefinido a tiempo completo y el 13,9% restante son fijos discontinuos, pues estos solo representan 5% de los afiliados a la Seguridad Social
La reforma laboral supuso un cambio estructural en la orientación de nuestro modelo laboral, al revertir los aspectos que habían precarizado el empleo y debilitado la negociación colectiva. Las medidas acordadas en 2021 han supuesto una importante reducción de la temporalidad y el aumento de la estabilidad del empleo. Con todas las cautelas, por los desequilibrios que aún arrastra el mercado de trabajo, los datos reflejan su actual fortaleza pese las dificultades originadas en la UE por la guerra en Ucrania, la escalada inflacionista o los negativos efectos de la subida los tipos de interés que provocan las desigualdades, que hasta ahora se han reducido por la protección del escudo social, la subida del SMI y la revalorización de las pensiones, pero que hay que profundizar en las política públicas para su erradicación.
En definitiva, lo verdaderamente importante para la mayoría social, en una coyuntura económica adversa como en la que estamos inmersos, son las políticas económicas y sociales que viene desarrollando el Gobierno Progresista, de PSOE y UP, que están ayudando a la creación de empleo y a mejorar la calidad del mismo. Con la Ley de Empleo y la de Formación Profesional se han reforzado las políticas activas de empleo y las cualificaciones para impulsar la reducción del alto volumen de desempleo. También es prioritario promover la redistribución de los beneficios empresariales, con medidas fiscales y reforzando la negociación colectiva para garantizar el poder adquisitivo de los de los salarios ante la alta inflación y las subidas de los márgenes de las empresas.