Icíar Bollaín no es sólo una de nuestras mejores directoras de cine, sino también, una de las más comprometidas con las causas de los desfavorecidos. Tras su experiencia en Bolivia con “También la lluvia” (2010), su nueva historia la sitúa en Nepal.
Con un guión escrito por ella misma, con la colaboración de Paul Laverty, nos lleva a principios de los años 90. Laia, una joven maestra catalana, se traslada a Katmandú, la capital de Nepal, como voluntaria en una escuela local. Donde muy pronto contactará con una pobreza extrema y un panorama educativo desolador, que además excluye a los más necesitados. Tras contraer un matrimonio de conveniencia para legalizar su situación, Laia se embarca en un ambicioso y personal proyecto pedagógico en los barrios de chabolas de Katmandú. En seguida se enfrenta a la evidencia de que no puede hacerlo sola. Pero también se encuentra con un hermoso regalo que no esperaba: enamorarse del desconocido con el que se ha casado. De la mano de su amiga y joven maestra Sharmila, Laia emprende un viaje que la llevará hasta el fondo de la sociedad nepalí y también hasta el fondo de sí misma. El compromiso de ayudar a los demás, en la intrincada sociedad nepalí, cordial pero compleja y con su sistema de castas e injusticias para con los más desfavorecidos, le posibilitará experimentar un viaje interior para encontrar su verdadera razón de vida.
Un relato solidario, rodado con sencillez y con la precisión necesaria para hacerlo comprensible a un amplio público, a pesar de la complicación de la temática. Verónica Echegui, la protagonista, interpreta con solvencia un papel difícil y que requiere incorporar constantemente matices a la interpretación por ser éste un personaje en constante evolución. En todo momento es acompañada por un efectivo reparto nativo, encabezado por Sumyata Battarai y Norbu Tsering Gurung.
Una película realizada con un exquisito cuidado, respaldada por el hermoso paisaje de las montañas del Nepal y por el exotismo de las costumbres que nos muestra, pero que no serían tan impresionantes sin la excelente calidad de su fotografía y su efectivo montaje.