Aún no ha terminado el verano y los primeros días de septiembre llegan con polémica debido a las críticas por la alerta meteorológica.

Hemos vivido el verano más caluroso, con mayor número de noches tropicales, con el mayor número de olas de calor, con los picos más altos en temperaturas. Aunque eso ya lo dijimos el año pasado, y se repite un verano insólito porque, lo quieran o no aceptar los negacionistas, el cambio climático está haciendo estragos en nuestro planeta y en nuestra calidad de vida.

Y, después de un verano tan caluroso, llega la gota fría que hoy conocemos como Dana en su significado meteorológico, con los terribles destrozos que vive gran parte de la población y que, en la Comunidad Valenciana, lamentablemente, conocemos bien sus consecuencias.

Lo que ha resultado triste, lamentable, mediocre, y poco entendible ni siquiera desde el ámbito de la oposición política, son las declaraciones de Moreno Bonilla desde Andalucía y del alcalde de Madrid criticando las advertencias de Aemet, diciendo que “no era para tanto”. No lo habrá sido en la almendra de la ciudad de Madrid, pero en muchos otros lugares ha sido realmente impactante con muchos destrozos de bienes públicos y privados, lamentando además la muerte de varias personas.

Que las críticas las haga Vox y Abascal no resulta sorprendente y entran en esa estupidez negacionista que manifiestan de forma continua, da igual que hablemos del clima que de la violencia de género, y que tanto estupor y daño están provocando a la ciudadanía española. Lo que resulta gratuito y ridículo es que el “charco” político lo hayan pisado responsables del PP.

Ojalá la alerta de Aemet hubiera sido exagerada, que se lo pregunten a todas las personas que han perdido tanto.

El verano nos ha traído otros asuntos significativos. Parece que en agosto no pasa nada porque nos vamos de vacaciones, pero el mundo sigue funcionando. Hay tres hechos que me parecen claramente destacables:

1. El acuerdo del PP y Vox en Murcia. Después de anunciar de forma reiterada que nunca pactaría con Vox y que irían a elecciones autonómicas, el PP cede y pone alfombra roja. ¿Por qué? Seguramente porque el PP murciano sabe muy bien que una repetición electoral hoy no garantizaría los resultados obtenidos por ninguna de las dos formaciones políticas. Que Vox haya entrado en gobiernos autonómicos ha hecho despertar a muchos votantes que se muestran contrarios a las acciones que están llevando adelante. Y, en segundo lugar, porque este acuerdo significa facilitar las negociaciones Feijóo y Abascal a nivel nacional. Una exigencia que Abascal pone encima de la mesa, pero que significa el “abrazo del oso” para el PP que solo encuentra como aliado a la ultraderecha.

2. La selección femenina de fútbol de España son campeonas del mundo. Y no solo eso, sino que el partido fue ampliamente seguido por televisión, disfrutamos, coreamos, gritamos y nos emocionamos con el partido. Han conseguido ser campeonas, pero mucho más: son referentes de que las mujeres también juegan al buen fútbol. Sin embargo, el triunfo se vio empañado por la actitud machista y chulesca de Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Un señor que ha perdido los papeles y la autoridad moral (si alguna vez la tuvo, algo que ahora todos dudamos). Ni el cargo ni el dinero (abultadísimo que cobra) le dan a uno la razón.

Las campeonas han metido un meritorio gol al machismo. No solo han ganado un campeonato mundial, sino han cambiado las formas en un deporte masculinizado y han sacado a flote un fondo de cultura machista. ¡Bravo por ellas!

3. El tercer hecho a destacar que me pone los pelos de punta cada vez que lo pienso es el atentado contra Prigozhin, el líder del grupo de mercenarios Wagner.

Resultaba evidente que el encontronazo entre ambos líderes Putin y Prigozhin tendría consecuencias y no era un enfrentamiento acabado. Pero, sinceramente, creía que Prigozhin tenía muchas posibilidades de ganar la contienda, bien a través de un golpe de estado, bien a través de un atentado contra Putin.

Sin embargo, ha sido Putin quien ha ganado. Todo lo que se pueda escribir o decir sobre este hombre queda pequeño ante lo que es capaz de hacer.

De momento, la invasión a Ucrania lleva ya 18 meses, muchos muertos, muchos heridos, mucha destrucción. Y no se conoce todavía el final.