En el Madrid lúgubre de la posguerra dos mujeres se encuentran, dos mujeres transitadas de vivencias paralelas, aunque pertenecientes a mundos diferentes. El amor, el dolor, la incomprensión y los sueños rotos unen a Lola y Alice, que desde la nada construyen una profunda amistad sustentada en el goce por la lectura. La lectura que acompaña a Alice desde su infancia, y le permite abstraerse de la realidad, de sus orígenes, de las sombras que por doquier asoman a lo largo de su existir, y en la que se ampara, no solo como lectora, sino también como creadora de un hermosa historia. Una historia de la que hace partícipe a Lola y que por compartir las desnuda y muestra cómo son realmente, cómo sienten, cuáles son sus sueños e ilusiones y cómo muchos de ellos se ven truncados por el devenir de los acontecimientos y tan solo permanecen los recuerdos en el corazón y el alma por siempre.
La vida cuando era nuestra es un bello relato, que habla de la amistad, de los encuentros impredecibles que cambian nuestras vidas, de cómo cuando en ocasiones oscurece y no se ve luminosidad alguna, amanece y sale el sol. El sol de los justos, de los nobles de corazón, de los buenos sentimientos, aunque muchos se mantengan en las tinieblas por desaires injustos y otros en la oscuridad más absoluta por crueldades y miserias que la especie humana debería haber alejado de su cotidianeidad.