Cuando el PP daba las elecciones por amortizadas y se estaban repartiendo el poder con las élites económicas, políticas y mediáticas de este país, va el PSOE y se pone a remontar posiciones, y lo que es más importante, estado de ánimo, desde los días posteriores a unas elecciones municipales y autonómicas donde se perdió mucho poder institucional.

En este contexto, las élites han reaccionado. Han incrementado el bombardeo de encuestas para deprimir al electorado progresista y que no vaya a votar, hasta desde medios que hasta hace poco eran más templados.

La campaña es tan brutal, que están entrando seudo-periodistas y datistas, por llamarles algo, a los que habría que preguntar cuanto les pagan, quien y de qué forma (charlas, coloquios, programas, tarjetitas regalo, sobrecitos…) por decir semejantes barbaridades, con el fin de que quien les alimenta consiga su objetivo de acabar con lo que denominan “sanchismo”. Que por si todavía alguien no sabe lo que significa, es “reducir derechos y bienestar a los ciudadanos” para concentrar aún más la riqueza en unos pocos.

En esas estamos, y ha llegado la encuesta preelectoral de las Elecciones Generales 2023 del CIS. Y como no podía ser de otra manera dentro de la estrategia de campaña de las elites, han salido a degüello para desacreditar sus resultados.

No es algo nuevo. Pero solo hace falta decir, antes de hablar de los resultados, que la encuesta del CIS se ha realizado con 29.201 entrevistas. Un número al que no llegan ni de lejos la suma de todas las encuestas que han realizado y van a realizar las élites y sus medios hasta el último día que pueden, cinco días antes de las elecciones.

La encuesta del CIS da los siguientes resultados más allá de los titulares de prensa:

  • Empate técnico entre PSOE, con un 31,2 por ciento y PP, con un 31,4 por ciento. Sumar se sitúa como tercera fuerza política, con un 16,4 por ciento de voto, y Vox, cuarta, con un 10,6 por ciento. Que Sumar esté tercero es lo que preocupa a las élites, por lo que no es descabellado pensar que en su “todo vale por llegar al poder”, inventen alguna campaña de desprestigio feroz, que surta efecto de cara a las urnas, aunque después quede en nada.
  • Un 77,7 por ciento de los encuestados afirma que con toda seguridad irá a votar en las elecciones generales. Lo que supone que la participación va a ser muy alta. Un dato que afianza esta tendencia es que el voto por correo se va a incrementar mucho. Concretamente, un 13,4 por ciento de los electores ha solicitado o piensa solicitar el voto por correo.
  • El PSOE es considerado como el partido más cercano a sus propias ideas por un 30,3 por ciento de los encuestados que dan su opinión, seguido por el PP con un 26,7 por ciento.
  • Yolanda Díaz es la líder más valorada con un 4,70 de media. Seguida de Pedro Sánchez, con un 4,68; y Alberto Núñez Feijóo, con un 4,30.
  • Un 33 por ciento de los encuestados que dan su opinión prefieren a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno. A Feijóo, un 30,9 por ciento. A Yolanda Diaz, un 20 por ciento. A Abascal, un 8,8 por ciento. Y a Isabel Díaz Ayuso, un 2,5 por ciento.
  • Casi siete de cada diez electores, es decir, el 67,4 por ciento afirma que votan por un partido u otro o no votan, según lo que más les convenza en cada momento. Solo un 29 por ciento dicen votar siempre por el mismo partido.
  • La decisión de a qué partido votar se retrasa hasta los dos últimos días para un porcentaje importante de electores. Concretamente, el 12,3 por ciento. De ellos, un 6,4 por ciento deciden a que partido político o coalición votar durante la jornada de reflexión, y un 5,9 por ciento, el mismo día de las elecciones.
  • Ante la decisión de a quién votar en las próximas elecciones generales, un 17,8 por ciento aún no lo tiene decidido. Y un 13,8 por ciento, está dudando entre varios partidos o coaliciones.
  • Los electores se suelen informar sobre los asuntos políticos y de campaña electoral a través de la televisión, un 61,6 por ciento; de la prensa en formato impreso o digital, un 50,9 por ciento; de las redes sociales, un 34,3 por ciento; y de la radio, un 30,3 por ciento.

Con estos datos, hay que afirmar que las elecciones no se van a decidir hasta el último día. Y que, en ello, frente a la campaña por tierra, mar y aire de las élites económicas, políticas y mediáticas, que quieren desanimar el voto progresista con el argumento del coloquial “todo el pescado está vendido”, van a cobrar más importancia que nunca los entornos más cercanos para movilizar el voto progresista.

Esa es la tarea.