La celebración del 40º Congreso Federal del PSOE ha venido a confirmar las impresiones que se tenían las semanas anteriores (véase Javier García Fernández: “Un congreso para afianzar la acción del Gobierno” Sistema Digital, 30 de septiembre de 2021) acerca de los efectos políticos que tendrá el nuevo programa y la nueva articulación del partido con el Gobierno. Los efectos que deben comentarse son la nueva línea política que se desprende de las resoluciones aprobadas, los cambios en la Comisión Ejecutiva Federal, el espíritu de convergencia de diversas sensibilidades y experiencias de la militancia y de los cuadros, la citada articulación del partido con el Gobierno (además, de coalición) y hasta la preparación de nuevos cuadros para gobernar en el futuro. Veamos estos puntos.

A pesar de que muchos partidos a lo largo del siglo XX renunciaron a la base teórica, que mueve su acción, para convertirse en partidos catch all, que sólo actúan para captura votos, el 40º Congreso del PSOE, a través de su Ponencia Marco, ha aportado a los ciudadanos españoles un programa y una estrategia de indudable valor doctrinal. La Ponencia Marco constituye un catálogo de propuestas y de claves políticas densas y, sobre todo, muy completas, pues tratan de casi todas las materias que hoy preocupan a los ciudadanos y para las que se ofrece un compromiso de acción (digitalización, cambio climático, empleo pleno de calidad, feminismo, políticas de bienestar, etc.). En los partidos que gobiernan, las propuestas programáticas suelen diluirse dentro del programa de gobierno, pero en este caso ha ocurrido lo contrario: se ofrece al ciudadano un programa político autónomo del Gobierno, pero con la particularidad de que sirve de inspiración al Presidente y a los miembros socialistas del Gobierno. Y si lo vemos desde el punto de vista del contenido, algún periódico se ha referido a un retorno a la socialdemocracia clásica. Es efectivamente socialdemocracia, pero no retorno, porque el PSOE no había renunciado a los principios prácticos de la socialdemocracia, pues su política, en el Gobierno y en la oposición, ha sido la reforma democrática de la sociedad, la búsqueda de la igualdad y la integración de los sectores sociales en torno al Estado democrático. Tampoco debe olvidarse la parte más institucional del programa, que abarca nuevos derechos y libertades, la gobernanza federal, la política municipal, la Justicia y la reforma de la Administración Pública. Además, con carácter programático, llama la atención la nueva Secretaría para la Reforma Constitucional y Nuevos Derechos, que denota la voluntad del PSOE de no dar por enterrada la necesaria reforma constitucional.

La composición de la nueva Comisión Ejecutiva Federal es reflejo de ese compromiso intenso con la reforma democrática de la sociedad y con la igualdad. Con un conjunto de cuadros jóvenes, pero muchos con gran experiencia política y de gestión gubernamental, refleja bien la estructura demográfica de la sociedad española. Era inevitable esa composición de la Comisión Ejecutiva Federal, porque todo el Congreso ha girado, como hemos apuntado más arriba, en torno al espíritu de convergencia de diversas sensibilidades y experiencias de la militancia y de los cuadros. La presencia de Felipe González, José Luis Rodríguez Zapatero y Joaquín Almunia y el homenaje a Alfredo Pérez Rubalcaba reflejaban la convergencia de muchas sensibilidades y de muchas experiencias políticas, como apoyo a la dirección del partido, pero también como punto de conexión del pasado y del futuro.

La presencia en la nueva Comisión Ejecutiva Federal de varios Ministros es indicativa de la necesidad de articular política de partido y política del Gobierno, necesidad tanto mayor cuanto hay un Gobierno de coalición, donde las políticas gubernamentales tienen que acordarse con otro partido (que además es plural). Con una coalición la conexión partido–Gobierno es muy importante, pero esa conexión no puede hacerse con una relación bicéfala, donde el partido dialoga con el Gobierno. El partido ha de estar en el Gobierno y no sólo por medio de la afiliación política de los Ministros, sino asegurando una buena coordinación de ambas realidades, de modo que el Gobierno esté representado en la Comisión Ejecutiva Federal y la Comisión Ejecutiva Federal esté presente en el Gobierno.

Llama la atención la llegada a la Comisión Ejecutiva Federal de varias Ministras jóvenes procedentes de Comunidades Autónomas donde el PSOE gobierna. Da la impresión de que el Congreso ha querido preparar un recambio a los gobernantes socialistas, recambio que no ha de ser necesariamente próximo, pero la prudencia política aconseja, allí donde se gobierna, tener preparados recambios que puedan acudir a situaciones inesperadas.

Ésta sería una primera valoración de los resultados del 40º Congreso, pero las valoraciones que se puedan hacer examinando los elementos internos del mismo no son suficientes si no hacemos una proyección de ese Congreso sobre la sociedad española. ¿Cómo puede percibir el ciudadano este acontecimiento? Probablemente se perciba como el congreso de una partido pacificado e integrado que quiere ofrecer muchas y novedosas reformas a los españoles y que para ello ha tratado de engrasar la acción del Gobierno con una relación constante con el partido. Si así lo percibe la sociedad, las posibilidades de que el PSOE pueda aplicar su programa durante mucho tiempo están garantizadas.