“Begin again” es la nueva comedia romántica y musical del director de “Once”. De nuevo la música, la pasión por ella, conduce una película optimista y existencial. Historias en la Gran Manzana, en el New York de las ilusiones y las esperanzas.
Greta y Dave son una pareja enamorada, a la par que compañeros compositores. Llegan a Nueva York cuando él firma un acuerdo con un importante sello discográfico, pero su recién adquirida fama pronto tienta a Dave y deja de lado a Greta, cuyo mundo se viene abajo. Es en ese momento, cuando Dan, un ejecutivo discográfico fracasado, descubre a Greta durante una actuación en los escenarios del East Village, queda cautivado al instante por su talento y le propone empezar a trabajar juntos. Toca, como reza el título, empezar de nuevo. Una colaboración que les transformará a ambos, a la vez que compondrá la banda sonora de un maravilloso verano neoyorkino.
Sin duda, la interpretación es brillante por todo el reparto (Mark Ruffalo, Keira Knightley, Adam Levine, Catherine Keener, Hailee Steinfeld), lo más destacable es el vigoroso arranque, en el que vemos multiplicidad de tramas, saltos temporales, repetición de escenas con cambio del punto de vista…e incluso una mágica escena (la mejor del filme) que logra hacer sentir al espectador partícipe de esa bella melodía en la que Dan va vistiendo mentalmente con arreglos la desnuda canción que interpreta Gretta.
Como sucedía en “Once”, el dinero, la ambición, la industria y la autenticidad en torno a la figura del músico/ artista también aparecen como subtextos de la trama, aunque ese discurso, a diferencia del que planeaba en el otro filme, suena ahora algo más dulcificado.
Este nuevo largometraje de Carney es agradable y puede incluso encandilar a cierto sector del público, entre los que me encuentro, pero es eso, un filme con todos los ingredientes imprescindibles del cine indie con muchos más medios.