El reloj climático se creó en 2015 con el objetivo de concienciar sobre los efectos que las emisiones de dióxido de carbono tienen en la Tierra. Hace una cuenta permanente regresiva para saber cuanto tiempo le queda a la humanidad para que el cambio climático sea irreversible. Y se puede ver en https://climateclock.net/.

Usa como referencia que la temperatura global no supere los 1,5 grados de la era preindustrial, ya que eso marcaría el punto de no retorno, acentuando todo tipo de catástrofes (temperaturas y sequias extremas, huracanes más fuertes, subida más rápida del nivel del mar, deshielo global, más hambrunas y desplazamientos migratorios…)

Pues bien, el reloj climático señala que el umbral de no retorno se traspasará en noviembre de 2032. Lo que significa, como se dice coloquialmente, elegir entre susto, cambiamos globalmente nuestra forma de vida para evitar el desastre, o muerte, es decir, superamos el umbral de no retorno y vamos a la catástrofe global.

Ese es el escenario. Pero ¿Qué opinan los españoles sobre esta situación?

En primer lugar, un 72,6 por ciento de los españoles está mucho o bastante preocupado por el cambio climático, según el barómetro de marzo de 2023 del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), siendo en estos momentos el primer o segundo motivo de preocupación que tienen dependiendo del mes.

En segundo lugar, el 86,7 por ciento de los españoles creen que la acción de los seres humanos (la industria, los coches, los gases, la construcción, el consumo, etc.) está influyendo mucho o bastante en el cambio climático.

Este dato, corrobora que somos conscientes y sabemos que el cambio climático es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la humanidad. Pero parece que la información y el conocimiento no son suficientes para que, de manera determinante y urgente, cambiemos un modelo de crecimiento y de desarrollo que está acabando con el planeta, genera enormes desigualdades y, en último término, puede acabar con nosotros como especie.

En tercer lugar, seis de cada diez españoles, cree que se puede detener el cambio climático para que la situación no se agrave. Concretamente el 60,7 por ciento. Un 17,5 por ciento, considera que estamos ante una situación irreversible y ya no se puede hacer nada. Y un 14,8 por ciento, afirma que se puede dar marcha atrás al cambio climático.Por último, ocho de cada 10 españoles, el 80,3 por ciento ha modificado algunas de sus prácticas cotidianas para tratar de frenar o reducir el cambio climático: reciclaje de residuos en puntos limpios y/o clasificación de basura en el hogar, reducción de residuos, un 46,3 por ciento; dejar de usar el coche, un 17,8 por ciento; controlar el consumo de energía en su hogar, un 16,1 por ciento; utilizar el transporte público, un 10,5 por ciento; y controlar el consumo de agua en su hogar, un 10,4 por ciento.

El cambio climático es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la humanidad hoy. España no es una excepción a este problema, y los españoles son cada vez más conscientes de la necesidad de tomar medidas para combatirlo. Por tanto, es urgente que tanto las distintas administraciones como los ciudadanos tomen medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y proteger el medio ambiente.

España debe ser pionera, porque tiene gran potencial para la producción de energía renovable. Porque tiene que promover un estilo de vida más sostenible, reduciendo el consumo de energía y recursos. Porque tiene que promover que los ciudadanos tengan educación medioambiental y acceso a información clara y útil sobre cómo reducir su huella de carbono y cómo llevar a cabo prácticas sostenibles.

Pero no hay que olvidar que es determinante que unos ciudadanos activos presionen a las empresas y a las administraciones para que tomen medidas ambiciosas ya, para no llevar al punto de no retorno.

Si cada uno de nosotros hace su parte, acabaremos con el cambio climático.