La Unión Europea debe retomar el acuerdo del Parlamento Europeo de 2019, donde se votó mayoritariamente pedir a los países de la Unión poner fin al cambio horario de verano e invierno a partir de 2021, dejando a cada país la decisión de mantener el horario de verano o de invierno. Esta decisión no debe ser pospuesta por la UE por más tiempo, porque es apoyada mayoritariamente por los ciudadanos, y además es necesaria para hacer realidad una agenda de conciliación para los europeos.
Poner fin al cambio de horario de verano e invierno es una buena idea, que nació de la decisión de la Comisión Europea de escuchar a los ciudadanos europeos, tras la consulta realizada en Internet, entre julio y agosto de 2018, donde un 84 por ciento de los participantes (más de 4,6 millones de europeos) se mostró partidario de contar con un horario fijo en Europa. El argumento más utilizado para abolir el cambio horario estaba relacionado con la salud, con un 43 por ciento. Mientras que el argumento para mantener el sistema actual estaba relacionado con actividades de ocio nocturno, con un 42 por ciento.
En palabras del Presidente de la Comisión de entonces, Jean-Claude Juncker, “la gente quiere que se haga, así que lo haremos”. Cuando esto ocurra, que debería ser ya, y los estados puedan actuar, en España deberíamos aprovechar para de una vez por todas volver al huso horario que nos corresponde, y que una orden franquista modificó en 1940 para situar la hora de España en sintonía con la Alemania nazi. Y así, acabar con una de las singularidades de España donde en ocasiones lo que es provisional se convierte en permanente.
¿Saben ustedes por qué en Finisterre, en verano, se pone el sol después de las diez de la noche, y a finales de octubre sale a las nueve de la mañana, lo que hace que la gente se tenga que levantar de noche durante meses? La respuesta es sencilla, la Orden de Presidencia del Gobierno de 7 de marzo de 1940. Es decir, una orden franquista para situar la hora de España en sintonía con la Alemania nazi, que todavía perdura.
En aquella orden de 1940 se indicaba el inicio de una hora de verano y establecía en su artículo quinto que, “en el momento oportuno”, se informaría de la vuelta al horario normal. Pero “en el momento oportuno” nunca llegó, y ochenta y dos años después, seguimos alineados con Berlín y no con la hora que nos corresponde, que es la de Europa Occidental y no Central. Lo que ocasiona que, exceptuando China, España es el país que más desfase tiene entre su hora legal y su hora local. Y que Finisterre sea el lugar donde ese desfase es el mayor en nuestro territorio, con dos horas y cuarenta minutos.
Pero, es hora, nunca mejor dicho, de cambiar. Es necesario que volvamos al huso horario que nos corresponde, el de Greenwich, que tienen Inglaterra, Portugal o Canarias, por razones de eficacia y bienestar de los ciudadanos.
¿Y qué opina la ciudadanía en esta cuestión? Pues, mayoritariamente está a favor de acabar con el cambio de horario. Concretamente, en el barómetro del CIS del mes de septiembre, el 64 por ciento está a favor de acabar con el cambio de horario. Un porcentaje que se encuentra por encima del sesenta por ciento durante los últimos años.
Somos el tercer país de la Unión Europea con jornadas más largas, y la singularidad de los horarios, en todos los ámbitos de la vida, dificulta gravemente la posibilidad de compaginar la vida personal y laboral, y son causa de graves problemas de salud que tienen su origen en la incapacidad de controlar el tiempo dedicado a la vida personal.
Los españoles quieren acabar con el cambio de horario. Y entonces surgen dos preguntas ¿Qué horario prefieren el de verano o el de invierno? y ¿Cuándo quieren que esto ocurra? En el primer caso, siete de cada 10 ciudadanos prefiere que el horario que se quede cuando se acabe con el cambio sea el de verano. Concretamente, piensa así el 70,9 por ciento de los encuestados, frente a un 16,5 por ciento que prefieren el de invierno; y un 8,6 por ciento que le es indiferente uno u otro.
En el segundo caso, en relación a cuando quieren que se acabe el cambio de hora, el 59,4 por ciento del total de los encuestados cree que habría que acabar con el cambio de hora ya, este mismo año; un 36 por ciento preferiría seguir como hasta ahora, les es indiferente el cambio horario, N.S o N.C. Y un 2,78 por ciento cree que no habría que hacerlo este mismo año.
Son momentos de grandes incertidumbres y difíciles, pero la Unión Europea tiene que seguir adelante con esta decisión y poner el año 2023 como el definitivo para acabar con el cambio de hora.