Una de las películas triunfadoras en los Oscars de 2014 fue “Dallas Buyers Club”, título que se llevó los premios al Mejor Actor Protagonista, Mejor Actor de Reparto y Mejor Maquillaje y Peluquería.

Matthew McConaughey siempre ha sido un buen actor, lo que pasa es que hasta hace muy poco se le encasillaba en papeles muy divertidos de comedias románticas aliñadas con bastante aventura, “Cómo perder a un chico en 10 días”, “Sahara” y “Cómo locos a por el oro”, a pesar de tener una filmografía posterior más que abundante. Sin duda, después de esta precisa y efectiva interpretación de Ron Woodroof, nadie podrá cuestionarle su calidad de actor. Si merecido ha sido su Oscar, también Jared Leto está estupendo, con una naturalidad desarmante, y su reconocimiento es más que merecido.

“Dallas Buyers Club” nos narra la historia real de Ron Woodroof, un hombre que, en la década de los ochenta, descubre que tiene sida. De hecho, los médicos le dicen que apenas le queda un mes de vida. Es entonces cuando comienza a informarse sobre ciertos medicamentos que podrían prolongar su existencia en este mundo. Que no están aprobados por la Administración. A pesar de ello, se hace con dichos fármacos e incluso monta un negocio para sacarle el dinero a otras personas que se encuentran en su misma situación. La película, que, sin llegar a apasionar, se deja ver sin problemas, presenta dos aspectos interesantes. Por un lado nos hallamos con un individuo homófobo que no entiende cómo posee un virus que por aquel entonces afectaba de manera mayoritaria a los homosexuales. Asimismo, se nos muestra su lucha contra un sistema en el que las empresas farmacéuticas tienen bastante que decir.

Estimable drama que describe una creíble evolución en el comportamiento de sus personajes. Sólidas actuaciones, muy bien respaldadas por las transformaciones físicas de determinados intérpretes. Imagino que esta es la razón, por la que la cinta recibió su tercera estatuilla.

La evolución de la personalidad de Woodroof está bien conseguida, puesto que poco a poco vamos observando cómo se mitiga su completo rechazo hacia todo lo relacionado con los gays. Se echa en falta una mayor profundidad en la cuestión de las compañías farmacéuticas, de sus tretas legales y no tan legales para frenar que alguien pueda hacer mermar sus ingentes beneficios.