En la primera parte del artículo El PP va por detrás y lo sabe (1) afirmaba que a pesar de la campaña de desprestigio contra el CIS que han emprendido el PP y Vox, y del dopaje de encuestas que recibe el PP de empresas privadas, el PP sabe que va por detrás en estos momentos.
Para ello, señalaba como el PSOE es el partido político que los españoles consideran más cercano a sus ideas. Y como la diferencia entre PSOE y PP, desde que Feijóo es presidente del Partido Popular, ha aumentado. Concretamente, de 5,9 puntos porcentuales de diferencia en abril de 2022 a 7,1 puntos porcentuales en octubre de 2022, según los barómetros del CIS de esos meses.
El segundo ejemplo que mostraba es que además de tener el PP en numerosas zonas de España un problema electoral, también lo tienen en distintos sectores de la población. El PP tiene problemas de voto con los jóvenes. En el barómetro del CIS del mes de octubre de 2022, solo el 13,2 por ciento de los jóvenes de entre 18 a 24 años dice que votaría al PP, mientras un 20 por ciento dice que votaría al PSOE. En el tramo de 25 a 34 años, un 16,9 por ciento señala que votaría al PP y un 18,2 por ciento al PSOE.
Pero el problema también lo tienen en otros tramos de edad, como el tramo de 55 a 64 años o de 65 a 74 años, donde la diferencia con el PSOE es de 8 puntos porcentuales y 6,3 puntos porcentuales respectivamente.
Ahora me centraré en la pregunta de quién está con más fortaleza si el PP, como partido político, o su líder. Y la respuesta analizando los datos, es que el PP, aunque está por detrás del PSOE en estos momentos, está más fuerte que su líder Alberto Núñez Feijóo.
Esta afirmación de que el PP está más fuerte que su líder se puede comprobar en dos cuestiones. La primera es que, en el barómetro de diciembre de 2021, el PP tenía un porcentaje de voto directo en la encuesta del 14,7 por ciento, y una estimación de voto del 20,8 por ciento. Y en octubre de este año 2022 el porcentaje de voto directo al PP es del 22,1 por ciento, mientras la estimación es del 28,7 por ciento.
La segunda es que esta mayor fortaleza del PP, que es fruto sobre todo de la absorción de los votantes de Ciudadanos, contrasta con el liderazgo de un Feijóo al que los españoles, pero también los votantes y simpatizantes del PP, comienzan a ver las costuras y las contradicciones.
De este modo, cuando durante estos meses se ha preguntado a los ciudadanos si el líder del principal partido de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, le inspira, personalmente, mucha confianza, bastante confianza, poca o ninguna confianza, el porcentaje a la población a los que Feijóo inspira mucha o bastante confianza ha caído en 9,5 puntos porcentuales, en el periodo abril-octubre 2022. Al mismo tiempo, que se ha incrementado en 13 puntos porcentuales quienes afirman tener poca/ninguna confianza.
La caída de la confianza en Feijóo y el aumento de la desconfianza en él, también se ha producido entre los votantes y simpatizantes del PP. El grado de confianza en Alberto Núñez Feijóo entre los votantes y simpatizantes del PP ha caído en 4,4 puntos porcentuales entre los que señalaban tener mucha/bastante confianza en él, en el periodo abril-octubre 2022. Al mismo tiempo, que se ha incrementado en 7 puntos porcentuales quienes afirman tener poca/ninguna confianza.
Si a lo anterior, le añadimos a quien prefieren los españoles como presidente del Gobierno, se puede constatar que el “espejito, espejito, ¿quién es la más bella del reino?, del cuento de Blancanieves, no les está funcionando al PP. Ya que los españoles prefieren como presidente del gobierno a Pedro Sánchez y, además, los que prefieren a Feijóo como presidente del Gobierno central han bajado 3,4 puntos porcentuales desde el pico julio.
Hay que repetirlo muchas veces para ver si ocurre. Sería deseable que en este maratón electoral bajara la crispación y la polarización para que los ciudadanos puedan libremente tener toda la información posible que les lleve a decantarse por una u otra fuerza política. Sería deseable que también, durante este tiempo, se lograran acuerdos de Estado que benefician a los españoles en su conjunto. Sería deseable que los partidos de la oposición, que también son nuestros representantes en las instituciones, dejaran de bloquearlas y cumplieran la Constitución en cuanto a la renovación de órganos como el CGPJ.
No hacerlo, significará, debilitar nuestra democracia.