El objetivo de este trabajo es ajustar una curva a los resultados de intención de voto a los partidos que tenían representación en la Asamblea de Madrid, obtenidos en los estudios realizados por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) para observar las tendencias de voto a las elecciones a dicha Asamblea celebradas el 4 de mayo de 2021. A partir de las curvas ajustadas se trataría de extrapolar los resultados al día de las elecciones para obtener una mejor estimación de la intención de voto que la proporcionada por esos estudios. Los partidos con representación eran: Partido Popular (PP), Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Vox, Más Madrid, Unidas Podemos (UP) y Ciudadanos (C´s).
Partimos de cuatro estudios:
- El barómetro del mes de marzo de 2021 (estudio ECIS 3313) con los registros de los encuestados de la Comunidad de Madrid (514 observaciones). Se elige como fecha de referencia la del último día de realización de la encuesta; es decir, el 11 de marzo.
- El estudio preelectoral de elecciones autonómicas a la Comunidad de Madrid (ECIS 3317). Posee una amplia muestra de 4.124 encuestados y tomamos como fecha de referencia el 28 de marzo, último día de recogida de información.
- El estudio de tendencias de voto en la Comunidad de Madrid 2021 (ECIS 3320), con 2.304 observaciones y fecha de referencia 20 de abril.
- La encuesta flash metodológica para las elecciones a la Comunidad de Madrid 2021 (ECIS 3321) realizada con una muestra de 3.073 encuestados. Se elige como fecha de referencia la del último día de realización de la encuesta: el 3 de mayo.
En estos estudios se realiza una pregunta del tipo ¿A qué partido o coalición piensa Ud. votar en las elecciones a la Asamblea de Madrid convocadas para el próximo 4 de mayo?, que es la que vamos a utilizar en este trabajo para ajustar la intención de voto y extrapolarla al día de las elecciones.
La intención de voto a los principales partidos así como la abstención prevista, en estos estudios se refleja en la tabla 1, donde también se incluyen los resultados oficiales de las elecciones a la Asamblea de Madrid del 4 de mayo de 2021.
Se han efectuado diferentes ajustes teniendo o no en cuenta el barómetro de marzo, por tener una muestra relativamente escasa (514 observaciones), porque en este estudio no se pregunta expresamente a los encuestados por su intención de voto a la Asamblea de Madrid sino a unas hipotéticas Elecciones Generales y por haberse recogido la información con anterioridad a la convocatoria de elecciones. En el caso de elegir los 4 puntos de medición de intención de voto se ha efectuado un ajuste lineal para todos los partidos, por un lado, y por otro se ha ajustado una recta o un polinomio de orden 2 o 3 dependiendo de la línea de puntos de cada partido. Así, para UP se ha realizado un ajuste lineal, para PSOE y Ciudadanos se ha ajustado un polinomio de orden 2 y al resto de líneas de puntos se ha ajustado un polinomio de orden 3.
Si solo nos quedamos con 3 referencias; es decir, no tenemos en cuenta los resultados del barómetro de marzo, se ha efectuado un ajuste lineal y un ajuste polinómico de orden 2 para todos los partidos.
Las extrapolaciones obtenidas para el día de las elecciones se muestran en la tabla 2.
El objetivo final es obtener un ajuste más afinado que el ya proporcionado por el estudio flash metodológico cuya recogida finalizó un día antes de las elecciones. Para ello, se calcula el error absoluto medio, que es la media de los valores absolutos de las diferencias entre las extrapolaciones y los resultados oficiales de cada partido.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que el error absoluto medio del estudio flash metodológico (1,83% con predicción de la abstención y 1,93% sin abstención) ya está bastante ajustado en comparación con la media de otros estudios internacionales, cuyo error absoluto medio en elecciones legislativas es el 1,83% para encuestas realizadas en la semana anterior a las elecciones[1], aunque en el caso de un sistema electoral de representación proporcional esta media baja a 1,62.
El método que no mejora los resultados, tanto si se tiene en cuenta la abstención como si no, es el ajuste mixto con cuatro puntos de ajuste, es decir, considerando los resultados del barómetro de marzo.
Los métodos que no tienen en cuenta los resultados del barómetro de marzo solo presentan mejoras parciales (véase tabla 2). El ajuste lineal de todos los partidos presenta un error absoluto medio menor solo en el caso de que no se considere la abstención, mientras que el ajuste polinómico de orden 2 para todos los partidos solo lo mejora si se tiene en cuenta la abstención.
Por último, solo el ajuste lineal de todos los partidos, con cuatro puntos de ajuste, afina ligeramente más que el estudio flash metodológico en ambas opciones, con o sin abstención.
Este ajuste lineal se puede observar en el gráfico 1. Si se hubiera utilizado el voto más simpatía de estos estudios en ningún caso se hubieran mejorado los resultados del estudio flash.
No obstante, las extrapolaciones de estos métodos de ajuste solo mejoran ligeramente los resultados del estudio flash metodológico, lo cual es razonable teniendo en cuenta que esta encuesta finalizó su recogida un día antes de las elecciones, por lo que las extrapolaciones no pueden diferir mucho de los resultados del día anterior.
Por tanto, para mejorar el error absoluto medio de las extrapolaciones es preciso mejorar aún más los resultados del estudio flash metodológico. Si nos centramos en los resultados de este estudio, se observa que las mayores diferencias con respecto a los resultados oficiales se dan en el Partido Popular, en Unidas Podemos y en Vox.
Teniendo en cuenta que, según el estudio postelectoral del CIS realizado a propósito de estas elecciones madrileñas (ECIS 3328), el 5,2% de los electores tomaron la decisión de votar a un determinado partido político el mismo día de las elecciones, que otro 3,2% lo decidió el día anterior y que un significativo 19,9% se decidió en la última semana de campaña electoral, coincidiendo con la recogida de la encuesta metodológica, en una campaña tan convulsa y crispada como la precedente madrileña, una de las razones por las que el estudio metodológico no se aproximó a los resultados oficiales sería el vuelco electoral de última hora, que llevó a Más Madrid a adelantar al PSOE al capturar votos suyos más otros de Unidas Podemos, su más próximo competidor ideológico. De ahí las diferencias observadas entre el estudio metodológico y los resultados oficiales en Unidas Podemos y en el PSOE.
Otra razón es que hay un voto oculto a alguno de esos partidos, posiblemente relacionado con su extremismo político, como es el caso de los votantes de Vox, pero este no debería ser el caso de los votantes del PP. Quizá la razón también estribe en lo que acusa Antonio Alaminos en su artículo Acuso y desafío, en la revista Sistema Digital de septiembre de 2021, cuando afirma que “el efecto de autoselección es especialmente interesante: es decir, que existan personas contactadas por teléfono que rechacen ser entrevistadas al saber que la institución que las realiza es el CIS. En la medida que varios partidos de derecha de ámbito nacional han adoptado el atacar y desprestigiar al CIS como parte de su estrategia política, ayudados por la mala fe de algunos y la ignorancia de otros, intentan que la ciudadanía más militante y con mayor exposición cognitiva se autoexcluya de la muestra. Muy probablemente, por ejemplo, la intención de voto a Vox”. A lo que habría que añadir la intención de voto al PP.
Este trabajo de ajuste y extrapolación intenta mitigar el efecto señalado en el párrafo anterior, aunque no deja de ser un avance de mínimo impacto. Pero, como observa Alaminos en el citado artículo, “el personal del CIS tiene trabajo metodológico e investigación por delante, paradójicamente para controlar metodológicamente los efectos de la campaña de desprestigio que (el CIS) sufre desde hace años”. Y en esas estamos. No se trata solo de mejorar las estimaciones de intención de voto, sino de mantenerlas, porque una campaña de acoso y derribo del CIS, en caso de triunfar, lograría eliminar la única fuente independiente de información electoral.
Se imagina alguien una campaña semejante contra el Instituto Nacional de Estadística (INE), criticando de forma despiadada las estimaciones que realiza del PIB, o del IPC o del número de parados, sin ninguna justificación técnica o metodológica. Se trataría, en último término, de eliminar la información disponible a los ciudadanos que con tanto esfuerzo a lo largo del tiempo se ha logrado crear.
El voto, sin información, solo con propaganda, ya no sería libre. Atacar sin motivo o con motivos espurios cualquier fuente de información independiente y fiable es equivalente a la quema de libros en la Alemania nazi.
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[1] W. Jennings y C. Wlezien (2018), Election polling errors across time and space. Nature human behaviour. Vol. 2, april 2018, pages 276-283. MacMillan Publishers Limited