Cuando se pregunta a los ciudadanos el momento en el que decide el voto a un partido, en los últimos años se han producido cambios significativos, como se puede observar con los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS):
- Ha bajado en 33,5 puntos porcentuales las personas que tenían decidido antes de la campaña electoral, a que partido votar. Del 87 por ciento que lo tenía decidido antes de la campaña electoral en 1996, al 53,5 por ciento de la población en 2022.
- Se ha más que triplicado el porcentaje de votantes que deciden a quien votar en los primeros días de la campaña electoral. De suponer un 3,4 por ciento en el año 1996, en febrero de 2022 son el 11,7 por ciento.
- Se ha triplicado el porcentaje de votantes que deciden a quien votar en los últimos días de la campaña electoral. Si en el año 1996, eran el 6,4 por ciento, en febrero de 2022 son el 19,4 por ciento.
- Se ha duplicado el porcentaje de votantes que deciden a quien votar el mismo día de las elecciones. De ser un 2,8 por ciento en el año 1996, se ha pasado, en febrero de 2022, al 5,7 por ciento.
Si a estos datos, le añadimos que la población cada vez tiene menos reparos en cambiar su voto de un partido a otro, se puede afirmar que las campañas electorales vuelven a ser decisivas. Y harían bien los partidos en estudiar el fenómeno con detenimiento para adaptar sus estrategias electorales. Porque, además, no se produce de la misma forma dependiendo de distintas variables como el sexo, la edad, los estudios, la situación laboral, o el voto/simpatía hacia un partido político.
Los hombres tienen decidido su voto antes del inicio de la campaña electoral en mayor porcentaje que las mujeres. Y un 12 por ciento de las mujeres y un 9,5 por ciento de los hombres decide a quien votar entre la jornada de reflexión y el mismo día de las elecciones.
La variable edad es determinante. Cuanto mayor es la edad antes se tiene decidido el voto. Así, 6 de cada 10 ciudadanos mayores de 65 años lo decide mucho antes de la campaña electoral, mientras solo 3 de cada 10 personas entre 18 y 24 años ha decidido a quien votar mucho antes del inicio de la campaña electoral.
En sentido contrario, el 19,8 por ciento de las personas entre 18 y 24 años decide a quien votar durante la jornada de reflexión o el mismo día de las elecciones. Porcentajes que se van reduciendo según aumenta la edad. Aunque un 6,5 por ciento de las personas mayores de 65 años también lo deciden en ese espacio de tiempo. Un porcentaje nada desdeñable considerando la fragmentación electoral existente en la actualidad.
Las personas sin estudios tienen los mayores porcentajes tanto entre los que tienen decidido a quien votar mucho antes del inicio de la campaña electoral, con un porcentaje del 56,6 por ciento. Como, los que deciden su voto entre la jornada de reflexión y el mismo día de las elecciones con un 15,1 por ciento.
Tres de cada diez personas que se encuentran en paro y buscan su primer trabajo deciden su voto entre la jornada de reflexión y el mismo día de las elecciones. A este dato, hay que añadir que el 14,1 por ciento de las personas que están en paro y han trabajado antes, y el 16,4 por ciento de los estudiantes también deciden en ese intervalo de tiempo.
En cuanto a la variable de voto/simpatía hay que señalar que 7 de cada 10 votantes de Vox tenía decidido votarle mucho antes de las elecciones. Mientras en el caso del PSOE este porcentaje es del 56,3 por ciento; en el de Unidas Podemos, el 58,3 por ciento; y en el de Ciudadanos del 41,7 por ciento.
Con estos porcentajes, se puede afirmar que para la izquierda es muy determinante como se desarrolla la campaña electoral para poder lograr unos buenos resultados.
En definitiva, los ciudadanos cada vez retrasan más su decisión de a qué partido votar, lo que dificulta la elaboración de las encuestas electoral. Pero, sobre todo, confirma la mayor importancia de una buena estrategia de campaña electoral para poder conseguir la representación necesaria que te permita conformar mayorías de gobierno en un panorama político muy fragmentado.