Estamos en el fin del microciclo atónico que comenzó con el desánimo del votante socialista en 2011, el desengaño del votante del PP en 2015 (nunca se vio tal rapidez del digo digo al nohago nohago) y la desesperanza del votante de Podemos en 2016. Durante este microciclo, Ciudadanos era refugio de desamparados y a sus costas llegaban los restos de todos los naufragios. O al menos la intención. Caracteriza el microciclo la participación electoral en sus mínimos y menos.

Tras 2016 se inicia una convulsa crisis en la que se recomponen los liderazgos, se modifican las imágenes de partido y se trasladan al escenario mediático todas las filias y las fobias. Por fin, con VOX, se completa la tabla periódica de elementos. Casado afirma esto es lo que somos, ni más ni menos. Somos derecha. La de toreros y pandereta y procesiones y la mujer-mujer. Rivera se mantiene firme en ser el que le acompañaba (a Casado) incapaz de mejor papel en su propio guion. Abascal, como en la vida de Brian, viene de la nada y si termina en nada, nada pierde y todo gana. Así, arriba la feroz ferocidad. La izquierda toma pulso y, sea sola o acompañada, ahí está como la Puerta de Alcalá. Pueden criticarla, pero no negarla.

Estas elecciones generales de 2019 definirán las posiciones de salida del próximo ciclo electoral. Para los partidos, sus posiciones relativas, la relación de fuerzas, la configuración del pódium para varios años. Entre los ciudadanos, por eso la indecisión es tan elevada, una parte sustantiva vienen ya “escaldados” y, como buen “gato escaldado”, huye del agua. Aunque tiene que beber o intuye que tragará quina por años. En esa duda del “otra vez” me engañarán, “ni contigo ni sin ti mis males tienen remedio”, se encuentran muchos españoles. Podrán votar Podemos, PSOE, Ciudadanos, PP o Vox. Pero lo harán en contra de sus experiencias pasadas (corrupción, alienación, desilusión, etc.) El problema de la indecisión, ahora agudo, viene de atrás.

Son por ello especiales estas elecciones. Coincide la “foto finish” del microciclo y la parrilla de salida para el siguiente. Lo que en las elecciones de abril de 2019 seas, es lo que serás. Que tensión en esa coincidencia de principio y final. Que de incógnitas en esa sensación ciudadana de tropezar en las mismas piedras. De quemarse en los mismos fuegos. En este cruce de caminos, los que solo llenaron la tartera de “Cataluña y Ole” tienen poco recorrido. Pasaran hambre temática. España existe, pero los españoles también.