Las noticias electorales de esta semana se inician con el debate Sánchez-Núñez Feijóo, pero también tiene interés recordar que la Junta Electoral Central ha incoado expediente al Presidente del Gobierno por hacer campaña en Bruselas, coincidiendo con el inicio de la Presidencia de España de la Unión Europea. Una vez más descubrimos la politización del Poder Judicial en favor de la derecha, porque solo desde una perspectiva conservadora se puede explicar que se quiera sancionar al Presidente del Gobierno por hacer política. La derecha quiere un Presidente del Gobierno callado y que la propaganda electoral solo proceda de ella, nunca de la izquierda. Y la mayoría de la Junta Electoral Central, aliada a la derecha, así lo ha explicado. Cuarenta y cinco años de democracia todavía no han igualado a la derecha y a la izquierda.

En cuanto al debate electoral Sánchez-Núñez Feijóo ha dado los resultados esperables, conforme a un guion que los especialistas tenían previsto. En este comentario vamos a examinar: 1) la forma del debate; 2) la actitud del candidato Núñez Feijóo; y 3) el trasfondo del debate.

1. La forma del debate. No es causalidad que Núñez Feijóo se negara a celebrar otros debates con Sánchez, y con Sumar y Vox. Situado en primer lugar de los encuentros, Núñez Feijóo no quiso arriesgar nada. Si creemos a la prensa de derechas, que le da por triunfador del debate, deberíamos pensar que Núñez Feijóo está arrepentido de no haber hecho más. Pero, si no nos dejamos engañar por la prensa adicta, no le faltaba razón al candidato del PP para no hacer debates más allá del de la televisión del Grupo Planeta. Porque ninguna otra cadena, pública o privada, lo habría tratado con tanto cariño, empleando los trucos técnicos que hacen simpático a un candidato y antipático a otro. Por eso Núñez Feijóo quería debatir en A3 Media y no en otra cadena.

2. La actitud de candidato. No sabemos cuál es el programa de Núñez Feijóo, pero sí sabemos que no renuncia a la alianza con Vox y que es capaz de ofrecer datos económicos y estadísticos inciertos. Núñez Feijóo, como ya hizo en Galicia, ofrece datos e informaciones no veraces, y no le importó hacerlo porque sabe que esos mismos datos no se pueden rebatir sin tener a mano la totalidad de la información que se ofrece. Núñez Feijóo ofrecía informaciones falsas a sabiendas de que es muy difícil demostrarlo en un debate oral.

Estamos convencidos de que Núñez Feijóo no va a formar gobierno, pero da miedo pensar que un político que miente con tanta facilidad podría ser el representante de España en el Consejo Europeo.

Llama la atención el poco respeto de Núñez Feijóo hacia su adversario, con formas y latiguillos que le ha enseñado a poner en práctica algún psicólogo con el fin de desprestigiar al contrario ante los espectadores. Pedro Sánchez aguantó bien los ataques, pero eso no justifica la deslealtad democrática de quien tiene además algunas cuestiones que ocultar ante los ciudadanos.

Además, Núñez Feijóo amenazó a Pedro Sánchez con “puentearle” con los “barones” socialistas, lo que es un gesto muy poco acorde con la buena fe democrática. Núñez Feijóo no solo quiere degradar al candidato, sino también al PSOE.

3. El trasfondo del debate. El tema que más defendió Núñez Feijóo era el mantra de la lista más votada. Para entender esto, que tanto repite el PP, conviene recordar que en la primavera de 1978 el gobierno de Adolfo Suárez aprobó un proyecto de ley regulador de las elecciones municipales donde era elegido alcalde el cabeza de la lista más votada, aunque la presión de los partidos de la izquierda logró que UCD retirase ese punto. Desde entonces, la derecha intenta gobernar con la lista más votada, aunque no tenga la mayoría en el Parlamento o en el Ayuntamiento

Gobernar la candidatura más votada puede ser un artificio de ingeniería constitucional útil para asegurar la gobernabilidad, pero si no va acompañada de otras presiones conducentes para asegurar la posibilidad del gobierno de aplicar normas no tienen ninguna utilidad.

Sin posibilidad de que el Gobierno de la Nación o del Ayuntamiento pueda dictar normas, el gobierno de las lista más votada es un fiasco. ¿Por qué pudo prosperar la moción de censura del 2018? Porque gobernaba la lista más votada en minoría y sin poder contar con los apoyos suficientes. Sin embargo, olvidando que solo el PSOE ha votado la lista más votada en 2016, Núñez Feijóo propone un mecanismo que él mismo ha incumplido en muchas Comunidades Autónomas porque cree que va a ser la candidatura más votada, pero sin mayoría suficiente, aún con Vox. No se da cuenta Núñez Feijóo que sin otros elementos constitucionales el procedimiento de la lista más votada es pan para hoy y hambre para mañana, porque no asegura una mayoría suficiente para gobernar en el Parlamento.

Además, es poco compatible con el parlamentarismo, que da el Gobierno al partido o partidos que han logrado formar una mayoría suficiente en el Parlamento, practicando así el consenso y el diálogo entre formaciones políticas. Por eso, parece seguro que Núñez Feijóo no confía en obtener una mayoría suficiente para gobernar incluso con Vox y por eso tiene que acudir a procedimientos poco parlamentarios.

En relación con este punto de la lista más votada, Núñez Feijóo se dedicó a culpabilizar al PSOE por tener que gobernar con Vox. Es tan indignante la idea, que muestra los pocos escrúpulos que tiene el PP para llegar al gobierno.

En conclusión, un debate que no ha aportado datos nuevos, aunque la derecha y su prensa lo han manipulado para hacernos creer que el vencedor fue Núñez Feijóo.