El excanciller alemán Helmut Schmidt hace un repaso por la historia europea, analizando el papel de Alemania en Europa, los porqués de los lógicos temores de los países europeos hacia Alemania en la reciente historia común y cómo esos temores se fueron atenuando a medida que Alemania se integraba en Europa y se hacían políticas de cooperación a través de la Unión Europea. En su discurso se declara “entusiasta de la integración europea desde el punto de vista del interés estratégico de la nación alemana” asegurando que “la Unión Europea es necesaria”.
En el discurso también analiza los problemas actuales y afirma que “sigue siendo necesario un elevado nivel de solidaridad del Gobierno alemán para con nuestros socios de la Unión Europea” para poder solucionar los problemas que está ocasionando la crisis económica. Se manifiesta como un firme defensor de la necesidad de dinamismo en la Unión Europea para salir de la crisis.