Una película basada en un hecho real, la avería de un autobús polaco cargado de turistas mientras realizaban un viaje por España. Michael Aguiló, su director y guionista, nos sumerge en la dramática experiencia de un conductor obligado a vivir en tierra de nadie, un área de descanso, sin comida, sin luz y sin agua; y que no puede regresar con su familia hasta que su vehículo sea reparado. Es el comienzo de dos semanas de pesadilla, en las que Cosmos, que es como se llama el conductor, tendrá que vivir en su cabina.
Con esta comedia dramática y sensible debuta en la dirección Aguiló, que demuestra su dilatada y fructífera experiencia como ayudante de dirección alcanzando un resultado final excelente.
Como manifiesta Emma Suárez, que interpreta a Eloísa, una mujer que vive en una caravana desde que perdió a su familia en la carretera: «La película habla de aquellos momentos en los que uno necesita encontrarse consigo mismo, en los que es necesario hacer una parada y tomarte un tiempo. Habla de personajes peculiares de los que existen de verdad. Son personas que están en paz consigo mismas, que se han liberado de lo accesorio, de lo material, del artificio». Personas que, como el protagonista, deciden darse una segunda oportunidad.
En esta historia afloran los problemas sociales de la emigración y la prostitución con toda su crudeza, sin edulcorantes ni paliativos, pero desde la dimensión humana, con una sensibilidad exquisita a la hora de abordarlos. Su tratamiento la convierte en una cinta de obligado visionado para aquellos que se dedican o se van a dedicar al trabajo social.
La realización es impecable, la fotografía inmejorable y la música de Pablo Novoa con evocaciones country, combina a la perfección con la discreta y efectiva dirección artística, logrando una perfecta puesta en escena.
Lamentablemente, la rancia y mezquina política de distribuidores y exhibidores nos pondrá en serias dificultades para acceder al visionado de esta comprometida película.