Nada mejor que una película divertida para entender que si algo caracteriza a la vida es la persistente incertidumbre y la gran volatilidad de todo lo que nos rodea. Tanto en lo personal como en lo profesional. Y que el miedo a perder lo que se tiene, por mísero que lo consideremos, nos atenaza para no hacer lo que debemos y en mayor medida lo que nos gustaría. Salir de nuestro área de confort, muchas veces más presunta que real, llega a producirnos inicialmente incomodidad, pero no tardando una gran satisfacción y sobre todo una felicidad no siempre esperada.

Esta historia, escrita, dirigida e interpretada por Jon Favreau, relata cuando el chef Carl Casper repentinamente deja su trabajo en un famoso restaurante de Los Ángeles, al enfrentarse a su controlador dueño y negarse a renunciar a su integridad creativa. Por cosas de la vida, se encuentra en Miami y se asocia con su ex mujer, su amigo y su hijo para montar un puesto de comida ambulante. En la carretera, el chef Carl vuelve a sus raíces y recupera su pasión por la cocina y el entusiasmo por la vida y el amor.

Empezar de nuevo de cero nos abre al reencuentro de lo soñado, de lo anhelado y algunas veces de lo olvidado, pero siempre entusiasma aventurarse en lo desconocido tras vencer las resistencias iniciales.

Les invito a saborear este plato elaborado con los mejores ingredientes; un buen guión, implecable realización, certera puesta en escena y una más que correcta interpretación de sus actores.