Finalmente se han celebrado las quintas elecciones de los últimos diez años. El contexto no se puede comparar con las anteriores elecciones del 2017, convocadas por el Gobierno Rajoy en aplicación del Artículo 155. Unas elecciones bajo el signo de la emoción y la polarización, ya que una parte del Govern de la Generalitat se hallaba en la cárcel, y el ex President y algunos consellers se encontaban huídos en Waterloo. Los partidos ganadores fueron Junts per Catalunya de Puigdemont y Ciudadanos de Arrimadas. Por primera vez, el partido ganador de las elecciones no formaba parte del espacio catalanista.
Las elecciones de febrero del 2021 se presentaban en un contexto totalmente diferente.
En primer lugar, ERC, partido radical en el 2017 que evitó la disolución del Parlament y forzó la Declaración de Independencia del 27 de octubre, ha evolucionado a espacios de moderación. Apoyo al Gobierno Sánchez y Mesa de Diálogo.
En segundo lugar, el movimiento JxC de Puigdemont se ha convertido en el ariete de la confrontación con el Gobierno español sea del color que sea. La supervivencia de Puigdemont pasa por la confrontación para poder pactar algún día su retorno.
En tercer lugar, el eje de competencia electoral que, desde el 2012, se había situado en el conflicto identitario, se ha visto diluido por los efectos de la pandemia que ha resituado el espacio competencial en un eje ideológico y social: economía, trabajo-paro, vivienda.
En cuarto lugar, la participación ha sido la más baja desde las elecciones de 1992, 53%, pero también es cierto que se sitúa en unas proporciones parecidas a la participación en las elecciones gallegas y vascas de julio de 2019.
Un dato a tener en cuenta es que Cataluña es la única Comunidad que no tiene una ley electoral propia. La distribución de los escaños se basa en la Transitoria Tercera del Estatut de 1979, replicada en el Estatut de 2006. La ley subsidiaria es la LOREG.
Veamos la distorsión a efectos de escaños la no existencia de ley electoral propia.
Los 135 diputados fueron repartidos en el Estatut de 1979 de la siguiente manera: Barcelona, 85. Girona, 17. Lleida, 15 y Tarragona, 18. En 1979 la población de Cataluña era de 5.875.439 habitantes. En 2020 es de 7.722.203. Si comparamos el peso demográfico y el peso parlamentario:
Barcelona 76,3% 63.0%
Girona 8.6% 12.6%
Lleida 5.9% 11.
Tarragona 9.2% 13.
No es precisamente proporcional al no haber corrección de diputados desde 1980.
Las lecciones de los resultados electorales son interesantes ya que permiten geometrías variables impensables antes de los comicios.
Si lo analizamos por bloques, han ganado los dos partidos que han apostado por el diálogo y el pacto. Veremos cómo se concreta.
Hemos empezado a escuchar que el independentismo ha conseguido superar el 50% en votos. Sí y no. Cierto si la suma se realiza sobre votantes en unas elecciones con el 53%. Un independentismo que perdió 6 mil votos entre 2017 y 2020. Falso porque en ciencias sociales las comparaciones se realizan sobre el censo electoral. El independentismo representa hoy el 27% del censo total electoral. Representa un poco más de la cuarta parte, lejos de la mitad.
Los socialistas han ganado en votos y en escaños. Nunca había pasado. Maragall ganó en votos, pero no en escaños (1999-2013). La no ley electoral actuó.
ERC ha ganado a JxC/CiU por primera vez desde la restauración de la democracia. Ha superado el síndrome de Estocolmo. Y es cierto que no había pasado desde 1932. Esquerra tiene la iniciativa en este espacio y es una noticia importante. Y lo es porque Puigdemont ha dejado de ser el referente. No puede imponer un Presidente Vicario y ha dejado de influir en la Generalitat. Ha perdido las elecciones y su influencia por un error estratégico que cometió al expulsar al PDCAT de la coalición. El partido de Artur ha muerto, matando.
El diferencial entre ERC y JxC es de 32 mil votos. El PDCAT obtuvo 77 mil que restó a Junts. Puigdemont se equivocó y veremos qué hace desde Waterloo. Pero su supervivencia depende de formar parte del gobierno de la Generalitat. Los resultados permiten ver que se pueden constituir diferentes mayorías posibles de gobierno. La mayoría independentista obtendría 74 diputados, igual que el tripartito de izquierdas. No será tan sencillo como parece. Y no es evidente que se constituya gobierno, uno de los escenarios posibles sería la repetición electoral. Pero aún no estamos en esta tesitura.
La sorpresa, en todo caso, ha sido la irrupción de VOX que se ha convertido en el cuarto partido del Parlament. Ciudadanos y el Partido Popular han quedad destruidos. Entre los 9 diputados. Y VOX 11. En las sedes centrales de Madrid habrá reflexión crítica de lo que ha pasado.
Veremos si la lógica de bloques sigue funcionando o el análisis de los resultados y la evolución de los mismos permite acabar con el Muro construido en los últimos años que separa a la sociedad
catalana.
A partir de hoy (15 de febrero de 2021) empieza la segunda parte del partido. La primera parte fue el reparto de escaños. En la segunda se va a jugar la posibilidad o no de formar gobierno. Empieza un período apasionante.
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Texto escrito el 15 de febrero de 2021.