Utilizando los datos del Barómetro de octubre de 2021, tras excluir a quienes no responden, observamos que el 0,3% de las personas encuestadas considera que la situación económica de España es muy buena, el 18,5% considera que es buena, el11,8% considera que es regular, el 48% considera que es mala y el 21,5% que es muy mala. Respecto a la situación particular, hay un 4,2% que la define como muy buena, un 61,5% como buena, un 12,4% como regular, un 16,9% como mala y un 5% como muy mala. Claramente, hay notables diferencias entre una y otra. ¿Cómo se explican?
Si analizamos los datos en conjunto, al cruzar la opinión sobre la situación de España con la opinión sobre la situación personal observamos que hay una relación estadísticamente significativa, pero no muy fuerte (Chi-cuadrado = 390,86, p < 0,05, V de Cramer = 0,146).
Habiendo obtenido los porcentajes por filas (en función de la valoración de la situación en España), lo primero que podemos ver en la tabla 1 es que la asociación entre ambas variables no es muy fuerte porque en la mayor parte de los casos los porcentajes más altos no se dan en la diagonal principal, donde se ubica el porcentaje de personas que ha respondido lo mismo en ambas preguntas. Y, por tanto, el 25% de los que considera que la situación de España es muy buena considera que la suya es también muy buena, pero el 50% considera que es buena. La mayor parte de los que consideran que la situación de España es buena sí otorgan la misma valoración a la suya (74,8%). Por otro lado, la mayor parte de los que consideran que la situación de España es regular valoran su situación personal como buena. Un 28,3% de los que valora como regular la situación de España también valora así la suya. El 18,9% de los que valora negativamente la situación de España también valora negativamente la suya y un 13,5% de los que consideran que la situación del país es muy mala piensan lo mismo de la suya.
Por otro lado, el 3,2% de los que valora la situación de España como mala valora la personal como muy buena. Este porcentaje es del 3,9% para los que valoran la situación de España como muy mala. El 63,3% de los que valoran la situación de España como muy mala valoran la suya como buena. Es un 48% de los que valoran la situación del país como muy mala. Además, un 8,3% de los que valora la situación del país como muy buena valora la suya como mala, y otro porcentaje igual la valora como muy mala. El 10,3% de quienes consideran que la situación de España es buena opina que la suya es mala.
Se observan, entonces tres escenarios. Uno en la que coinciden las valoraciones de ambas situaciones, otro en la que se valora peor la situación de España que la propia y un último en la que ocurre lo contrario, se valora peor la situación personal que la del país. Son estos dos últimos los que resultan de interés especial.
Si pasamos a la intención de voto, el 14,7% de los que contesta manifiesta su intención de votar al PP, el 19,4% al PSOE, el 5,1% a Unidas Podemos (y sus confluencias), el 3,2% a Ciudadanos, el 7,3% a VOX y un 50,4% al resto de partidos.
Al cruzar la valoración de la situación económica de España con la intención de voto, encontramos que la asociación es significativa (Chi-cuadrado = 518,03, p < 0, 01) y, aunque tampoco es muy fuerte, lo es algo más que la asociación con la valoración de la situación personal (V de Cramer = 0,168).
En la tabla 2 se observa cómo valoran más positivamente la situación económica de España los que se declaran votantes de los partidos en el Gobierno. Y la valoran como peor los que están en la oposición. En el caso de los votantes del PP, Ciudadanos o el resto de partidos, la mayor parte de sus votantes considera que la situación económica del país es mala (51%, 58,6% y 52,9% respectivamente). En el caso de VOX, la mayoría de sus votantes valora la situación económica de España como muy mala (52,5%). De todos modos, también hay un porcentaje alto de votantes del PSOE y Unidas Podemos que valora negativamente la situación económica general (el 36% y el 47,1% respectivamente consideran que es mala; el 8,5 y el 8,6% la valoran como muy mala).
En cambio, no hay diferencias en la valoración de la situación personal relacionadas con la intención de voto. Aunque Chi-cuadrado es significativo (91,22, p < 0,01), este resultado se debe a la sensibilidad de este estadístico al tamaño de la muestra, pues la V de Cramer, que mide el tamaño del efecto, tiene un valor muy bajo (0,071).
Los resultados obtenidos indican que la valoración de la situación económica del país se ve influida, entre otros factores, por la valoración de la situación económica personal y por la intención de voto. En este caso segundo caso se puede decir que hay un componente ideológico en las respuestas. Este resultado abre escenarios interesantes a explorar.
En primer lugar, es posible que el efecto de la intención de voto no se deba estrictamente a una cuestión ideológica, o no solo, sino que sea también resultado de que los votantes de los partidos que están en la oposición (especialmente del PP y VOX) estén expuestos únicamente a noticias que cuestionan la política económica del Gobierno y presentan una imagen negativa de la situación del país, bien porque acceden solo a medios de comunicación en los que prima ese mensaje, porque sus redes sociales estén compuestas por personas que piensan igual y comparten y comentan solo ese tipo de noticias o, posiblemente, por una combinación de ambas. Es decir, se trataría de una exposición limitada a la información con la que se sienten cómodos por cuestiones ideológicas. Este escenario podría explicar las respuestas del grupo que valora positivamente su situación económica y negativamente la de España. En principio, estaría formado por los votantes tradicionales de ideología conservadora.
¿Qué ocurre con las personas que perciben su situación económica como mala y la del país como buena? ¿Y los que perciben las dos como mala? ¿Qué papel desempeña la ideología? Es verdad que, en términos generales, si obtenemos la media de la escala de ideología en función de la intención de voto, obtenemos el resultado esperado y por tanto, los votantes de Unidas Podemos y del PSOE se ubican en la izquierda de la escala, más a la izquierda los primeros que los segundos (las medias son 2,76 y 3,53 respectivamente). También la ideología del grupo que recoge todos los otros votantes se sitúa en la mitad izquierda de la escala (la media es 3,73). Los votantes de Ciudadanos se sitúan en torno al centro (5,28), mientras que los del PP y VOX se ubican en la parte derecha de la escala (las medias son 6,45 y 6,94 respectivamente).
Al obtener la media en la escala de ideología en función de la valoración de la situación económica de España, la media de todos los grupos se sitúa en la mitad inferior (3,83 y 3,84 para los que consideran que la situación es muy buena o buena, 4,01 para los que consideran que es regular, 4,41 para los que consideran que es mala y 4,82 para quienes la situación es muy mala). Es decir, el peso de los votantes que se ubican en la mitad derecha de la escala se ve compensado por otras características que no tienen que ver con lo que mide la escala de ideología. De hecho, como hemos visto, también las personas que se ubican en la mitad izquierda de la escala también valoran la situación de España negativamente.
Al comparar la distribución de la intención de voto en los cuatro grupos creados al combinar la valoración de la situación económica de España y la personal, con la muestra global, la tabla 3 indica que, en todos los casos, la distribución de la intención de voto es significativamente diferente. El estadístico Chi-cuadrado tiene el valor 147,83 en el grupo positiva/positiva (p < 0,01); 15,63 en el grupo positiva/negativa (p < 0,01); 78.76 en el grupo negativa/positiva (p < 0,01); y 42,92 en el grupo negativa/negativa (p < 0,01). Por otro lado, la media en la escala que mide ideología en la muestra global es 4,32. En el grupo positiva/positiva es 3,78; en el grupo positiva/negativa es 3,89; en el grupo negativa positiva es 4,66 y en el grupo negativa/negativa es 4,29. Es decir, las personas que valoran positivamente la situación económica de España tienen una ideología más progresista, con independencia de la valoración de su situación personal. La media en la ideología de los que la valoran negativamente es más alta. Prácticamente igual a la media del país en el caso de quienes valoran negativamente ambas situaciones. Superior a la media en los que valoran negativamente la situación del país y positivamente la suya personal.
Se observa también que el porcentaje de votantes del PP es especialmente alto en el grupo que valora negativamente la situación de España y valora positivamente la personal; es más bajo, en comparación con la muestra general, el porcentaje de personas que valora ambas situaciones negativamente. El porcentaje de votantes del PSOE es especialmente alto en el grupo que valora positivamente ambas situaciones, aunque también es bastante alto en el grupo que valora positivamente la situación de España y negativamente la situación personal. La situación de los votantes de Unidas Podemos es equivalente a la de los votantes del PSOE, aunque a la inversa, es especialmente alto el porcentaje de votantes que valora positivamente la situación de España y negativamente la situación propia (más de dos veces más alto que el porcentaje en la muestra general). No hay grandes diferencias en el grupo de votantes de Ciudadanos. En cambio, en el de votantes de Vox, el porcentaje es más alto que en la muestra general en los grupos de quienes valoran negativamente la situación de España, pero es especialmente notable entre los que valoran negativamente ambas. Por lo que respecta al grupo que recoge el voto al resto de partidos, es especialmente bajo el porcentaje de estos votantes en el grupo que valora positivamente ambas situaciones, y es algo más alto, en comparación con la muestra general, el de los que tienen una valoración negativa de ambas.
A pesar de ser un resultado nada concluyente, la información descrita sugiere que los votantes del PP son un grupo relativamente homogéneo en el que la valoración negativa de la situación económica de España no tiene que ver con la valoración de su situación personal, que suele ser buena, sino que está definida por el rechazo al Gobierno. Este rechazo parece basarse en su ideología conservadora y en el deseo evidente de que quienes dirijan el país sean los “suyos”. El caso de los votantes del PSOE y Unidas Podemos es el contrario y valoran positivamente la situación de España con independencia de la valoración de su situación personal, que no siempre es buena, especialmente entre los votantes de Unidas Podemos. En el caso de los votantes de VOX, parece haber dos realidades. Una reflejaría a votantes de derecha “tradicionales”, es decir, un perfil equivalente a los votantes del PP y la otra parece incluir a personas “enfadadas” con la realidad, que se plantean votar a VOX más como voto de castigo al sistema que por identificarse con la escala ideológica izquierda-derecha. Esto no significa que su intención de voto no tenga que ver con la ideología, seguramente es también un posicionamiento ideológico, pero atendiendo a criterios diferentes. Por último, el sexto grupo, muy numeroso, es también tremendamente heterogéneo. En todo caso, el bajo porcentaje de personas que valora positivamente la situación económica de España en este grupo hace pensar que en la respuesta a esta pregunta pesa bastante sentirse identificado, o no, con quien se encarga de salvaguardarla, aunque no sea con posiciones antagonistas.