“EMBESTIDURA. s. f. La acción y modo de pedir de los embestidores y pedigüeños, cuando llegan y acometen a uno pidiéndole, o limosna, o por vía de emprestido, tirando solo a engañar y a sacar dineros.” Diccionario de Autoridades – Tomo III (1732).

El 30 de agosto de 2023 inició el candidato del PP su proceso de embestidura tirando solo a engañar y pedir prestado. A diestro y siniestro. Se entrevistó con Pedro Sánchez y le dijo, he ganado las elecciones y como pasa en Canarias y Extremadura debe gobernar el más votado. Ya me he confundido. Lo segundo no fue así. Creo que fue, cuento con el préstamo sin intereses de Vox y su apoyo, dame dos años de gobierno para sobrevivir e ir mejor a las siguientes elecciones. Así, entre tú y yo, te quitamos a ti y me pongo yo. Venga, anímate. Mira que traigo pactos de Estado… Y así fue el entremés, que esto va de galopar entremeses.

No es novedad. Ya viene mintiendo por dinero (el poder político es un dios mediante) de bastante atrás. El mismo día de las votaciones para constituir las mesas alguien, espontáneamente y en un arranque de civismo irrefrenable, decide filtrar los sobresueldos de Feijóo. Importa menos el sobresueldo que la filtración. Solo puede filtrar quien sabe y solo lo saben quienes le trajeron. En la práctica es un “dead man walking”, que en coloquial se dice de cualquier persona condenada o en una situación insostenible, especialmente a punto de perder su trabajo.

La clave está en si Feijóo sabía de la operación “Vox sin silla” o no lo conocía. De no saberlo, ya sabe que está políticamente difunto. Siempre fue herramienta para el asesinato político de Casado. Nunca fue la mano ni la auténtica pretensión. No llegó ni a la categoría de sicario del clan de “los patriotas ultracatólicos madrileños”, aunque se asegurara de pasar caja antes de meter a Casado en la caja. Y ahora, ya con las medidas tomadas entra en la desmesura de embestir para sobrevivir un rato más. Lo de Vox quedó en corto, que si ancha es España más lo son en tragaderas para pasar desaires. Por eso Feijóo da por hecho el apoyo de un Vox deshecho (Espinosa de los Monteros, Olona…) y le ocupa más que su futuro político termine como “la gala de Medina, la flor de Olmedo”.

Vox es un momento políticamente impúdico de transparencia en la derecha española. Vox es, fue y será PP. Son un apiñamiento de sectas ultra (legionarios de cristo, opus, yunque…) que promueve sus intereses en sanidad y educación, entre otros, abanicando la bandera. Todos son piña, siendo de la misma opinión que Gallardón Jr y su cia tertuliana, Aguirre y todos los demás. Cuando Vox sea reabsorbido en el PP perderemos este momento de verdad. Esta ocasión de mirar a la auténtica cara de la derecha española.

Y aquí llega la paradoja y la pregunta: ¿Cuánto tiempo tardará Vox en darse cuenta de que gobernar junto al PP le desgasta y desangra? ¿Que no es posible, como Feijoo demostró, “sorber y soplar” a la derechita cobarde? Castilla y León primero y en general después, Vox declina por sus pactos con el PP que le debilitan mientras al otro fortalece. Si los dos actúan como ultras radicales y gobiernan juntos, ¿qué diferencia a Vox del PP? Vicepresidencias tuvo Ciudadanos a manta y así terminaron en el “top manta”. Si el PP habla como Vox, propone y apoya lo de Vox, es tan ultra como Vox, gobierna con Vox, cuenta gratis con Vox, ¿para qué Vox?

En estas, el más interesado en un gobierno del PSOE y Sumar es Vox. Vox está en una posición de debilidad estructural que procede de la trampa de los gobiernos autonómicos: debían estar, “hermanos por fin llegó la cosecha de cargos, llegó la cosecha hermanos”, pero en ese estar se cargan su razón de ser. Su línea de flotación nacional, frente a su hundimiento por obsolescencia autonómica programada por el PP pasa, otra paradoja, por cuatro años de gobierno progresista que le permitan poner proa contra tirios y troyanos. Solo “au-dessus de la mêlée” sobrevivirá.  También pueden, y no debe ser tan malo si de allí vienen, pactar mejor que Ciudadanos la rendición orgánica y volver a antiguos cargos sin cargas, que eso mejora la calidad de vida. Esperanza Aguirre y Abascal pueden hablarlo, digo yo que ya saben de qué. De los viejos tiempos.

Escucho mucho comentario “fermentado” en la lógica de derecha. Así por ejemplo, el PP tiene un gran poder territorial (Ayuso, Bonilla, el de Galicia que sí conocía al que Feijoo desconocía, Guardiola la tragadora de sapos, Mazón…) y que eso es una ventaja para la oposición. Totalmente de acuerdo: para la oposición a Feijóo desde dentro del PP. Feijóo está tan solo como estuvo Casado en el pasado. Aun no será, hay tiempo para que caliente en banda lo que vendrá, pero está más quemado que las fallas del año pasado. Por ello la gira autonómica. Para hablar de su futuro con los que mandan. Nada que ver con la investidura. Es otra embestidura más. Solo tenía este tren y lo perdió, entre otros motivos por el fuego demoscópico amigo que convirtió la predicción electoral en una subasta al alza, peleando por quienes daban más al PP. Y ya le digo que les dieron a todos. No se pongan tristes. Volverán triunfantes en los medios, a criticar que el CIS no les sigue la corriente.

Entre tantas bromas, la de Llaneras explicando que él usa para sus análisis agregados predicciones respetables y objetivas procedentes de fuentes respetables y objetivas como “El Mundo”, “La Razón”, “ABC”, “El Español”, “Okdiario” y otros medios a fines (es decir, con una finalidad). ¿Cómo iba a sospechar él que esos medios tuviesen intencionalidad alguna? Si desconocía a la perfección los datos originales.

En todo caso, el defensor del lector del diario El País lo aclara: el título de la columna de Llaneras está en cursiva, por lo que no hay engaño. Lo que cuenta Llaneras, tenga números o colores, es opinión. Acabáramos. No había visto las cursivas con tanta matemática. No son números. Son cifras. Es decir, guarismos rellenos de opinión. Entonces, tanto blablablá sobre no fiarse del CIS es opinión. Algo que le sale de dentro. Pues vale. Continúe propinando opiniones.

En ocasiones me pregunto la razón para que no haga algo útil. Tiene los datos del CIS. Materia prima documentada. Y los de 40DB. Se presume cualificación. Venga colega, ofrece un modelo. No pasa nada. Igual te sorprende y terminas llevándole la contraria al enjambre demoscópico de la derecha mediática. O sugiriendo mejoras a los demás. Le escuchamos atentamente. En todo caso, algo aprenderá en las dificultades del camino de la estimación electoral. Algo sobre lo qué no cuentan las encuestas a fines.