El acceso a agua, saneamiento e higiene es un derecho humano vital, que tenemos muy normalizado en nuestras vidas. Vamos a la cocina, cogemos un vaso, abrimos el grifo y sale agua para beber. Pero, esta acción, para miles de millones de personas en el planeta es un sueño o algo que le suena a ciencia ficción, porque a diario se enfrentan a enormes dificultades para acceder a estos servicios elementales.
Por decirlo más claro, están privados de este derecho más de 2.000 millones de personas en el mundo, que carecen de acceso a los servicios básicos de agua y saneamiento, según el informe mundial de la ONU sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos.
Según Naciones Unidas:
- 3 de cada 10 personas carecen de acceso a servicios de agua potable seguros y 6 de cada 10 carecen de acceso a instalaciones de saneamiento gestionadas de forma segura.
- La escasez de agua afecta a más del 40 por ciento de la población mundial y se prevé que este porcentaje aumente. Más de 1.700 millones de personas viven actualmente en cuencas fluviales en las que el consumo de agua supera la recarga.
- Al menos 892 millones de personas continúan con la práctica insalubre de la defecación al aire libre.
- Las mujeres y las niñas son las encargadas de recolectar agua en el 80 por ciento de los hogares sin acceso a agua corriente.
- Más del 80 por ciento de las aguas residuales resultantes de actividades humanas se vierten en los ríos o el mar sin ningún tratamiento, lo que provoca su contaminación.
- Cada día, alrededor de 1000 niños mueren debido a enfermedades diarreicas asociadas a la falta de higiene.
- Las inundaciones y otros desastres relacionados con el agua representan el 70% de todas las muertes relacionadas con desastres naturales
- Si continúa la degradación del medio ambiente y las presiones insostenibles sobre los recursos hídricos mundiales, para 2050 estará en peligro el 45 por ciento del PIB mundial y el 40 por ciento de la producción mundial de cereales.
Esta realidad vital diaria es terrible, y desgraciadamente en las sociedades más desarrolladas, donde cada vez ocurre todo a mayor velocidad y además tenemos resuelto este derecho, es un tema en el que no nos paramos a pensar mucho al no ser conscientes de la verdadera dimensión de este.
Por ese motivo, es importante recordar esta realidad, y repetirla, para que como ciudadanos podamos estar informados, y nos convirtamos en actores activos para que se cumplan las metas proyectadas para el año 2030.
¿Sabías que hay seis metas en este sentido y que la primera es lograr el acceso universal y equitativo al agua potable a un precio asequible para todos en 2030?
¿Sabías que la segunda meta es lograr el acceso a servicios de saneamiento e higiene adecuados y equitativos para todos y poner fin a la defecación al aire libre, prestando especial atención a las necesidades de las mujeres y las niñas y las personas en situaciones de vulnerabilidad en 2030?
¿Sabías que la tercera es mejorar la calidad del agua reduciendo la contaminación, eliminando el vertimiento y minimizando la emisión de productos químicos y materiales peligrosos, reduciendo a la mitad el porcentaje de aguas residuales sin tratar y aumentando considerablemente el reciclado y la reutilización sin riesgos a nivel mundial en 2030?
¿Sabías que la cuarta meta es aumentar considerablemente el uso eficiente de los recursos hídricos en todos los sectores y asegurar la sostenibilidad de la extracción y el abastecimiento de agua dulce para hacer frente a la escasez de agua y reducir considerablemente el número de personas que sufren falta de agua en 2030?
¿Sabías que la quinta meta es implementar la gestión integrada de los recursos hídricos a todos los niveles, incluso mediante la cooperación transfronteriza?
¿Sabías que la sexta meta es proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua, incluidos los bosques, las montañas, los humedales, los ríos, los acuíferos y los lagos? Y dentro de ella: a) ampliar la cooperación internacional y el apoyo prestado a los países en desarrollo para la creación de capacidad en actividades y programas relativos al agua y el saneamiento, como los de captación de agua, desalinización, uso eficiente de los recursos hídricos, tratamiento de aguas residuales, reciclado y tecnologías de reutilización. b) Apoyar y fortalecer la participación de las comunidades locales en la mejora de la gestión del agua y el saneamiento.
Ahora ya contamos con más información y podemos convertirnos en participes de estas conquistas con nuestro pequeño granito de arena. Recuérdalo la próxima vez que abras el grifo.