El otro día un colega y amigo me comentaba que le habían colocado la etiqueta “aún”. Aún era. Dice la RAE que significa, entre tantos significados, “hasta un momento determinado”. Algo que persiste en el momento, pero que cambiará en el futuro. Pensando en ello caí en la cuenta de que todos vivimos en el aún. Puede decirse “aún está vivo, o despierto o dormido”, pero difícil es escuchar un “aún está muerto”. Vivimos en el aún, por lo que somos claramente un todavía. Por eso no cabe un todavía ex. Una persona aún es presidente, algo transitorio. Pero expresidente se es mientras se viva. No puede decirse “aún es expresidente”. Y sabiendo que es un estatus permanente no se entiende la razón para vivir en el aún de algunos ex. Cualquier ex. Espero que tenga ya tomado el café.

CIVIL

Define la santa RAE el adjetivo “civil”, tercera acepción, de forma negativa “Que no es militar ni eclesiástico o religioso”. Según eso “guerra civil” es un oxímoron y no cabe encontrar nada civilizado en la guerra y difícilmente en lo religioso. No hay razón y sí un exceso de religión en los asesinatos de civiles de Hamás y en los asesinatos de civiles de Israel. Mientras los muertos civiles sean “daños colaterales” quiere decir que lo central, la mirada está fija en otro punto que tiene nombre propio: el poder. El poder como control y sometimiento del otro. Un poder justificado desde la religión y ejercido mediante la violencia. Es la cuestión principal. No busquen quién tiene razón como fuente de legitimación de la violencia. Ninguna de las dos partes la necesitan, dado que poseen la verdad que emana del dios verdadero. No debe olvidarse nunca que los civiles no hacen guerras, son asesinados por ellas. Por definición.

Esa es la desgracia. Ser desde hace siglos un punto permanente de homenaje a los dioses. Sean las cruzadas o los imperios, la densidad de fanáticos concentrados en esa “tierra santa”, ya sean defensores de reinos de otros mundos o de pueblos elegidos, llega a ser históricamente tóxica. Y mata lo civil cuando el Estado y el poder político se funde con la religión y la militariza. Israel es, por elección, cada vez más una teocracia; algo que ya sucede en Hamás o Irán. Los pueblos elegidos por los dioses se gobiernan por los intérpretes de dios. Y los intérpretes de dios no tienen piedad alguna, dado que asesinan como parte de la obra de dios, argumentando que dios escribe recto con renglones torcidos. Unos “renglones torcidos” que, inocentes, bailaban o dormían en su cuna.

AÚN NÚÑEZ FEIJÓO VISTE DE PARIPÉ

Tras la reunión del lunes aseveraba Núñez que había visto a Sánchez muy seguro de continuar como presidente. Casi tanto como él lo había estado de no llegar a serlo antes de empezar su paripé. Su dificultad añadida es que le han calado y saben de su poco calado. Aitor Esteban lo dijo plano y llano en el debate de embestidura: “No le conocíamos, pero por lo que dice y hace en esta Cámara y fuera de ella, ya le vamos conociendo. Y usted no es de fiar”. Cierto. Ahora espera a la de “Madrid es España dentro de España”, que detrás vendrá quien bueno lo hará… aunque parezca imposible para una moralidad normal.