Ambientada en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial nos sumerge en la vida de Philip Bowman, un joven que tras haber participado como oficial en las batallas navales de Okinawa y cursado estudios en Harvard, consigue un empleo en una prestigiosa editorial neoyorkina. Una época en donde un puñado de editoriales en América y Europa se disputaba un negocio, que discurría entre cenas, cócteles y encuentros salpicados de conversaciones de altura que se prolongaban hasta confundir la noche y el día. También eran momentos en los que se decidía sobre la carrera literaria de aprendices de escritores, de jóvenes que llenos de ilusión trataban de abrirse camino entre una jungla de historias y de palabras cargadas de fuerza y de matices. En este ambiente Bowman se siente cómodo, seguro y seductor, aunque el amor sincero se resiste a presentarse en su vida. Y cuando aparece y conoce a una mujer que lo enamora, lo fascina y lo encandila, se adentra en una senda que nunca hubiera pensado transitar.
Les recomiendo su lectura, es intensa, elegante, les hará sentirse vivos y estoy segura que no les resultarán ajenos los personajes y sus vivencias. Pero, además, les hará percibir sensaciones, adentrarse en lo más profundo del ser humano y recrear un mundo paralelo a la cotidianeidad, que, muy posiblemente, permitirá que soslayen lo irremediable del día a día y les haga ver haces de hermosos colores.