En La Vanguardia del 13 de diciembre se ha publicado un artículo de Iván Redondo titulado “Díaz podría ganar al PSOE con 78 escaños”. En este texto, el antiguo Director del Gabinete del Presidente Sánchez presenta un sondeo que otorga al Partido Popular 106 escaños, a la supuesta candidatura de Yolanda Díaz 78 escaños, al PSOE 67 escaños y a Vox 46 escaños. Al lado de los datos de esta encuesta, el autor dedica el artículo a destacar los méritos personales de la actual Vicepresidenta Segunda del Gobierno, amén de apostar sutilmente por un movimiento amplio que incluya a Podemos. Varias reflexiones merecen este artículo.

En primer lugar, Redondo, como hacen algunos medios de comunicación, maneja una encuesta anónima. No se sabe quién la ha realizado, ni con qué ficha técnica, ni, menos aún, quién la ha pagado. No es serio el juego de las encuestas anónimas. Empiezan a resultar sospechosos los juegos demoscópicos que hace algún tiempo se utilizan para desgastar al Gobierno. Empezamos con encuestas efectuadas por internet, ni siquiera telefónicamente, a las que se da tanta credibilidad como a una encuesta donde se pregunta personalmente a los encuestados, con un universo de varias miles de personas encuestadas. Después seguimos con las encuestas anónimas que algunos comentaristas, como Redondo, invocan como si se conociera su ficha técnica. Y, tras estas maniobras, la operación más manipuladora, que alguna vez han practicado incluso El País y La Vanguardia, que consiste en difundir, como un sondeo realizado, la media de las sondeos que circulan por la prensa. La operación es un juego político muy peligroso, porque junta churras con merinas; es decir, saca la media de sondeos bien realizados, sondeos mal realizados y hasta pseudo-sondeos. Habría que pedir a los medios de comunicación que no incurran en operaciones de ese tipo que sólo sirven para engañar a la opinión pública.

Vistos los datos espurios que maneja Redondo, poco más habría que comentar, porque no se puede glosar una noticia inexacta. Pero sí merece algún comentario el trasfondo del artículo. Redondo es un profesional del asesoramiento político y todo hace pensar que este artículo responde más a un encargo profesional que a un súbito descubrimiento de los valores políticos de Yolanda Díaz. Si es así, llama la atención que La Vanguardia permita que sus páginas de opinión sean utilizadas por sus colaboradores con fines comerciales o empresariales. Estamos contemplando una operación de marketing electoral que es legítima si no se oculta a la opinión pública. Por eso, por la buena trasparencia política, sería interesante saber si Redondo ha sido contratado para potenciar la imagen electoral de alguna o de algún partido, máxime cuando puede estar utilizando sus artículos de La Vanguardia para fines empresariales.

Una última reflexión sobre el artículo de Redondo, coincidiendo con eldiario.es que publicó el mismo día un artículo titulado “Iván Redondo consuma su venganza contra Sánchez y aúpa a Yolanda Díaz”. Es posible que el diario digital se equivoque y que lo único que mueva a Redondo sea seguir dedicado a su negocio de asesoramiento político, pero la acusación está ahí y, de ser cierta, deberíamos reflexionar sobre la lealtad política que consiste, no en no cambiar de bando, sino en no traicionar a quien te ha dado la confianza.