Una vez más la emancipación juvenil es noticia porque el OBJOVI ha sacado el estudio del primer semestre de 2019, siempre que lo hace durante un día se llenan los periódicos y telediarios con titulares sobre las dificultades de los jóvenes a la hora de emanciparse, algo que debería de ocupar un puesto importante en la agenda política.

El estudio recién publicado no viene sino a confirmar algo que venimos señalando desde hace más de una década, y es el hecho de que la gran mayoría de los jóvenes no se pueden independizar. Que solamente el 18,5% de los menores de 29 años estén emancipados indica la cifra más baja desde el 2002 o lo que es lo mismo el 81,5% viven con sus padres. No tienen posibilidades, si tal y como indica el estudio tienen que dedicar el 94% de su salario al alquiler o el 30,8% si comparten piso, todo se hace muy complicado. En un momento en el que se supone que ha habido una recuperación económica. Realmente estos datos tienen dos lecturas importantes, primero que nadie puede vivir totalmente emancipado dedicando el 94% de su salario al alquiler y segundo ¿Qué salario perciben para que el porcentaje sea tan alto? La respuesta parece obvia, muy bajo. Parecería contradictorio el aumento de la tasa de empleo con la disminución de la tasa de emancipación juvenil, pero en realidad no lo es, son trabajadores pobres, tener empleo no te garantiza salir del riesgo de exclusión e incluso ser pobre, de hecho, la tasa de pobreza entre los menores de 29 años es de 33,8%, más de diez puntos porcentuales por encima de la tasa de pobreza que hay en España. Tal y como muestra el estudio la tasa de empleo entre los menores de 29 años se sitúa en el 40,8% muy por encima de lo que se sitúa la tasa de emancipación. También señala de manera exhaustiva y muy unido a la tardía emancipación, la problemática de la sobrecualificación y la subocupación entre la juventud. El 42,8% de los jóvenes están sobre cualificados (el 43,9% de mujeres y el 41,5% de los hombres) y el 14,5% subocupadas.

Existen diferencia por Comunidades Autónomas en cuestión de emancipación juvenil situándose Cataluña, La Rioja, Navarra, Islas Baleares y Aragón por encima de la media juvenil española. Por el contrario, los peor situados son Cantabria, Andalucía, Castilla y León o Canarias.

Siguiendo con el análisis de los datos es muy interesante la diferencia en las tasas de emancipación según nivel de estudios. El 32,8% de la población entre 16 y 29 años que no cursa estudios está emancipada, frente al 6,7% de las personas jóvenes que continúan estudiando.

Que los jóvenes no se puedan emancipar no es un problema solo para ellos, es una cuestión con consecuencias muy graves para la sociedad en general. No poder emanciparse significa no tener una vida autónoma, no poder tener un proyecto vital autónomo, no poder tener hijos y no poder ser ciudadanos con plenos derechos.

La emancipación juvenil es una cuestión como he dicho al principio que se deberían de tomar muy en serio de manera transversal todos aquellos agentes que participan en la toma de decisiones de las políticas de vivienda, ya sea en cuestiones de alquiler como de propiedad. Reiterando una vez más que tiene graves consecuencias desde el punto de vista económico, cultural, familiar, laboral etc…y haciendo hincapié en que tiene solución, solo es necesario tener voluntad y la valentía política para tomar las medidas necesarias que acaben con esta lacra para la juventud.