“Si lo ves todo de color gris, quita de en medio al elefante” (Proverbio indio, cita tomada del libro La civilización de la memoria de pez, de Bruno Patino).
Vivimos en una sociedad afectada, inmersa en una crisis de información, derivada de peligrosas estrategias y de varias patologías/disfunciones que han generado una emergencia informativa que arrastra sus daños colaterales. Para ofrecer una referencia sobre este diagnóstico viene a punto el agudo análisis crítico apoyado en el rigor y la visión política del filósofo español Roberto R. Aramayo[1].
Estas patologías están relacionadas a su vez con otro problema sociosanitario que abarca a la ciudadanía a nivel global: un trastorno que en 2018 tuvo el acierto de predecir, como efecto del uso obsesivo de las tecnologías de la comunicación, Bruno Patino en su ensayo “La civilización de la memoria de pez”. Propuesta que pronto iba a encontrar el refrendo de la neurociencia con la identificación de daños neurológicos[2]. Nuestras tendencias innatas a la distracción han permitido la generación de un nuevo modelo de negocio que se define como economía de la atención[3].
Antídotos
Para combatir estos venenos neuro-sociales, son instrumentos valiosos dos libros que han sido escritos en momentos cruciales de estos tiempos de complejidad y salida de las dos grandes crisis, que han sacudido el primer tercio del siglo XXI (la económica financiera de 2007-2013 y la sociosanitaria, generada por la covid-19, que se inicia entre finales de 2019 y principios de 2020 y que todavía está en curso). Su relectura y una metodología de análisis comparado -método que nace en los primeros tiempos de la historia, pero que alcanza su apogeo a partir del siglo XVIII para contribuir al desarrollo de los conocimientos de la biología- han permitido armar este articulo con importantes revelaciones sobre el crecimiento económico y su indicador divisa, el PIB (Producto Interior Bruto).
Un lenitivo
El primer libro es “El capital en el siglo XXI ” del economista francés Thomas Piketty, que se publicó en 2013 -coincidiendo con la salida de la primera crisis- por la editorial Editions du Seuil en su versión original en francés, mientras que la versión en español aparece en 2014 bajo la prestigiosa etiqueta del Fondo de Cultura Económica con amplia repercusión en la comunidad hispanohablante. Es un libro de 655 páginas construido sobre una base histórica y apoyo en datos económicos para identificar patrones en el proceso de acumulación del patrimonio y aventurar que cada nación ha respondido de modo diferente a lo que considera una ley básica del capitalismo que ha estimulado la concentración de la riqueza y ha conducido a agravar las desigualdades.
A Piketty no le interesa el crecimiento y el PIB, sino el patrimonio frente a la producción. Para abordar el tema que nos interesa, el crecimiento y su medida, bastan las primeras páginas de la Introducción (págs.25-29) donde explica el salto desde los análisis de Ricardo y Marx a las del aparente responsable de la obsesión por el crecimiento y su medida, a Simon Kuznets, análisis que Piketty califica irónicamente de “economía de cuentos de hadas”, aun respetando el importante esfuerzo de la monumental obra de Kuznets en términos estadísticos e incluso porque sirvió, a partir del caso específico de los Estados Unidos y gracias al uso de datos de escasa accesibilidad, como los ingresos del impuesto federal establecido en un momento de expansión fiscal en 1913 y las estimaciones del ingreso nacional de los establecidos por el propio Kuznets, para concluir en una ambiciosa tentativa de medición de la desigualdad de una sociedad.
En la segunda parte del análisis de Kuznets y su obra es cuando Piketty desvela las quiebras del estudio, puesto que en 1953, cuando analizó sus series de forma detallada, advertía a los lectores de su análisis de los riesgos de cualquier generalización sobre las mismas. Sin embargo, en una charla de finales de 1954, como presidente de la American Economic Association, giró hacia el optimismo (¿nacionalismo?) para exponer la curva de Kuznets, teoría en la que propone que la desigualdad en cualquier lugar estaría destinada a seguir una “curva en forma de campana”. Según Piketty “… con este salto Kuznets sugirió de manera casi anodina que la lógica interna del desarrollo económico con independencia de toda intervención política y de todo choque exterior podría llevar al mismo resultado“.
Desde entonces el economista francés admite, ignoro si a gusto o como trágala, que el optimismo haya prevalecido durante los años conocidos como los Treinta Gloriosos, mientras que las predicciones apocalípticas del siglo XIX (Ricardo y Marx) sobre la dinámica de la distribución de la riqueza iban perdiendo popularidad.
No obstante, en la página 29 declara con nitidez que la “mágica teoría de la curva de Kuznets fue formulada en gran medida por malas razones (se resiste a evocar que fue para comparar Estados Unidos con Rusia en tiempos de la Guerra fría) y su fundamento empírico es muy frágil”. De hecho, la desigualdad, nos recuerda Piketty, creció significativamente en los países ricos desde la década de 1970. Y compara la situación de los economistas del primer tercio del siglo XXI con las de los economistas del siglo XIX, porque asistimos a transformaciones impresionantes, estaríamos ante una situación semejante.
Y añadimos por nuestra parte: esto se dice sin haber ocurrido la pandemia de la Covid-19 y en el proceso de incrementarse los efectos del calentamiento global o cambio climático. Por eso hemos hablado de pandemia socioambiental y pandemia ambiental que trataremos con más detalle ulteriormente.
La vacuna, “El delirio del crecimiento“ de David Pilling
Esta segunda obra publicada bajo la rúbrica de Penguin Random House Editorial en 2018 en su versión original, ha contado con el apoyo de este grupo en la versión española aparecida en 2019, dentro del sello Taurus: ambas versiones cuentan con títulos preocupantes y significativos sobre el tema del crecimiento (“The Growth Delusion” y “El delirio del crecimiento”) como para anticipar lo que se plantea en las más de trescientas páginas con las que Pilling va a desarrollar su escepticismo respecto al PIB y señala cómo esta posición se proyecta sobre la idea de que este concepto arbitrario, limitado y engañoso no puede ser tomado como signo de bienestar.
Sorprendentemente de nuevo, no hace falta avanzar mucho en la lectura del libro para percibir lo movedizo de las bases que han sustentado y sustentan las políticas económicas que han alimentado falsos sueños a lo largo de los últimos setenta años. En efecto, en el inicio del libro, pág.11, se expone bajo el título “El culto al crecimiento”, lo siguiente: “Durante más de setenta años las sociedades avanzadas se han mirado en el espejo con cierta vanidad y por lo general les ha gustado lo que ven: crecimiento”, y “El espejo es … el producto interior bruto (PIB) y se ha convertido en nuestro principal medio para juzgar nuestro atractivo como economías y como sociedades. La economía -eso que el PIB intenta medir- está por todas partes…”.
“Desde tiempos modernos, y en contra de las advertencias de su inventor, el PIB se ha convertido en un indicador del bienestar… Pero el espejo en que nos hemos estado mirando se parece más al de un parque de atracciones que al de un cuarto de baño. La imagen… está burdamente deformada y cada vez se contradice más con la realidad. Nuestro espejo económico está roto”.
La situación es preocupante y exige por lo tanto identificar los problemas del crecimiento, que son precisamente las palabras que dan el título a la primera parte del libro compuesta de seis capítulos desarrollados en un tercio del libro, cien páginas, y cuyo primer capítulo ofrece el sobrecogedor título de “El monstruo de Kuznets”.
Solo para asentar el paso a una reflexión final, una última cita que se recoge de este capítulo y que es muy importante para nosotros como científicos (pág.45): “Aunque Kuznets es considerado el padre del PIB, la metodología que se desarrolló a principios de la década de 1940 –y que en gran parte se sigue utilizando desde entonces– contradecía en varios aspectos importantes sus creencias más profundas. Kuznets buscaba una medida que reflejara el bienestar… y no la vulgar suma de toda la actividad. Quería excluir las actividades ilegales, las industrias dañinas para la sociedad y la mayoría del gasto público, aunque perdió -y ha seguido perdiendo, apostillamos– en muchas de estas cuestiones. Un experto nacional llegó a decir que “Kuznets, lejos de ser el padre del PIB, fue su mayor opositor”[4].
Reflexiones finales sobre el análisis de la complejidad
Quiebras: puntualizaciones sobre la economía del crecimiento
De lo que antecede parece claro que la economía del crecimiento tiene problemas respecto a la posibilidad de ofrecer un análisis consistente de la complejidad en la que vivimos.
Sorprende, sin duda, que éste sea el paradigma que rige el mundo desarrollado y que se ha extendido al ámbito de las sociedades en desarrollo.
Como se ha visto en este análisis, tres son al menos las deficiencias detectadas en esta economía que no resuena con la realidad de las personas: medida, soporte teórico y participación social. No obstante, la fuerza de la economía ha ido creciendo de modo inaudito en el campo de la política, hasta convertirse en un agujero negro de las dinámicas del gobierno democrático que ha sido capaz de absorber cualquier crítica, duda o disensión. Se puede decir, como recoge la contraportada del libro de Pilling, que “Los economistas y su culto al crecimiento se han apoderado de la política” a lo largo y ancho del planeta, sin importar mucho los peligros para la democracia y para la salud de nuestro hábitat. En todo caso, para evitar problemas y cuestionamientos a esa situación de privilegio, para su reconocimiento, esta visión ha acudido a una simplificación de los elementos morales que podían suscitarse en su examen escogiendo al dinero como único valor. Esta simplificación, casi un vacío, del ejercicio de evaluación continua se empezó a detectar en nuestra modesta opinión en el centro de la reacción neoliberal impuesta por Reagan y Thatcher, alcanzando su cénit en los prolegómenos de la crisis financiera de 2008. Esta elección del dinero como valor esencial se ha confirmado en las conversaciones mantenidas con Armando Menéndez durante estos tres últimos meses, apuntando que se puede haber incluso incrementado durante la pandemia.
Algunos de los últimos datos chocantes sobre esta divisiva trayectoria son: el afloramiento de las criptomonedas, el terrible aumento de la desigualdad, la valoración de la teoría de la relatividad a partir de la subasta de un documento borrador de Einstein por 11 millones de dólares, o conocer que el precio de la luz se establece diariamente por un alambicado proceso de subasta.
Análisis bajo el prisma de la filosofía de la ciencia
Lecciones de la covid-19. Es evidente que la pandemia ha colocado a la ciencia en el centro de nuestras vidas. A partir de los avances interdisciplinares de las ciencias de la vida y su proyección en la biotecnología han surgido las vacunas, cuya integración en los análisis realizados en comisiones de expertos interdisciplinares, como variable independiente, ha facilitado la sustitución de los indicadores habituales en las epidemias: número de contagios y tasa de mortalidad, para establecer un sistema más informativo que incluye, en primer lugar, la división entre vacunados y no vacunados, y a partir de ello valorar en cada grupo los siguientes efectos: contagios, incidencia sanitaria (ingresos en hospitales), gravedad de la enfermedad (ingresos en UCIs) y muertes.
La complejidad sociopolítica. En nuestro grupo de investigación se ha propuesto el concepto de trilema político en la sociedad actual, en el que intervienen procesos (irreversibilidades, incertidumbres, información y sus patologías); se apoya en áreas científicas (ecología, evolución y ética) para ponderar el conflicto CIEs entre conocimientos, intereses y emociones. Se ha publicado en esta plataforma[5] .
La emergencia ambiental. A la vista de la notable complejidad del concepto de cambio climático o calentamiento global de naturaleza antropocéntrica en cuanto a sus efectos y los problemas que entrañan la mitigación de los mismos o su muy difícil reversión, se ha planteado su análisis desde una perspectiva interdisciplinar acuñando los conceptos mencionados anteriormente de pandemia ambiental [6] y sus consecuencias bajo el rótulo de pandemia socioambiental[7]. Se han publicados trabajos sobre estas cuestiones en varias plataformas.
Las éticas. Por último y no menos importante, el descubrimiento del papel de la ética en la evolución bajo el concepto de “entorno de la sociabilidad”[8] en la primavera de 2015 fue el colofón de trabajos asociados con el desarrollo de las biotecnologías y las reacciones sociales sobre los mismos, junto a mi participación en los procesos de innovación educativa y de formación transversal en los alumnos de la Escuela de Minas y Energía de la Universidad Politécnica de Madrid (UESEVI[9]), que en conjunto nos llevaron a acuñar el concepto de interéticas[10] (éticas interrelacionadas bajo la perspectiva deontológica, es decir de varias profesiones) y que tienen la base del consecuencialismo (ponderar costes y beneficios de la acción y la inacción) sustentado en valores con cuatro seleccionados como fundamentales: responsabilidad, empatía, justicia social y sostenibilidad.
Corolario
Sentimos que nos encontramos en una situación en que se hace precisa una revolución intelectual, es el momento de asumir los problemas del crecimiento económico por sus condiciones lesivas hacia el planeta y una parte significativa de los humanos que lo pueblan.
Hay que apostar por una acción estratégica multidisciplinar en la que se combinen aportes de ciencias humanas y sociales (filosofía, historia, psicología, antropología) con los principios y sistemas de la ecología prestando particular atención al análisis de los ecosistemas.
Esperemos que sea posible una transición ECO2Etica en plazos razonables.
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Emilio Muñoz es profesor emérito, CSIC y CIEMAT.
*Este trabajo ha sido posible gracias a las conversaciones mantenidas con el Profesor Armando Menéndez Viso de la Universidad de Oviedo, filósofo y economista, durante los dos últimos años, trabajando en proyectos comunes. A su sabiduría critica, a su paciencia e ilusión por la docencia, y a su amplia comprensión de lo que es cultura, debo y dedico este análisis forzosamente interdisciplinar y sustentado en el método científico.
[1] _(https://theconversation.com/seguimos-viviendo-bajo-los-principios-de-propaganda-de-goebbels-171977)
[2](https://lapiedradesisifo.com/2020/08/10/la-civilizacion-de-la-memoria-de-pez-de-bruno-patino/)
[3] https://www.bbc.com/mundo/noticias-51268343
[4] Kate Allen y Chris Giles, “Statisticians Face Hard Facts”, The Financial Times, 5 de septiembre de 2012.
[5] https://fundacionsistema.com/el-trilema-politico-en-la-sociedad-actual-un-analisis-desde-una-perspectiva-interdisciplinar-sobre-el-soporte-de-la-evolucion/
[6] https://ethic.es/2021/05/se-busca-antidoto-para-la-pandemia-ambiental/
[7] https://theconversation.com/una-pandemia-socioambiental-que-los-premios-nobel-2021-han-puesto-de-manifiesto-170562
[8]https://www.institutoroche.es/biotecnologia/98/una_sintesis_de_la_teoria_de_la_evolucion_supervivencia_adaptacion_y_entorno_para_la_sociabilidad
[9] http://www.minasyenergia.upm.es/attachments/article/1476/planificacion_etica_2019-20.pdf
[10] https://es.slideshare.net/FundacionAreces/emilio-muoz-ticas-aplicadas