Cuando el PP daba las elecciones por ganadas, su candidato no iba a los debates, y se estaban repartiendo el poder con las élites económicas, políticas y mediáticas, de pronto se les complica la última semana de campaña, y, además, se encuentran con un PSOE que avanza, avanza y avanza.

En este contexto, las élites y el PP han reaccionado como los trumpistas en Estados Unidos, empezando a cuestionar unos resultados que todavía no se han producido.

Primero, ponen el foco de sus bulos y face news en el voto por correo con declaraciones del candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, que fue presidente de Correos, asegurando, que “existe el riesgo de que haya muchos ciudadanos que se queden sin votar por correo”. Después, acusan a los directivos de la compañía de la posible manipulación de este voto, hasta que la Junta Electoral Central recuerda que todo es correcto. Y, por último, siguen con el bombardeo de “encuestas” para deprimir al electorado progresista y que no vaya a votar.

Todo con un único fin, ganar como sea y a cualquier precio, o cuestionar el resultado electoral si no les sale como ellos quieren.

En este punto, hay que recordar dos cosas muy importantes en estas elecciones generales: el incremento del voto por correo y el voto en el exterior. Estos dos hechos van a retrasar el recuento electoral y puede que el resultado final por su volumen.

Y será algo normal, aunque algunos medios de comunicación quieran presionar y subir la temperatura para las teorías conspirativas, diciendo que a las ocho y un minuto van a dar el resultado de las elecciones generales, cuando todavía no se hayan ni abierto las urnas.

En cuanto al voto por correo, la cifra oficial de solicitudes realizadas para estas elecciones generales asciende a 2.622.808 en total, la cifra más alta registrada en toda la historia de nuestra democracia.

¿Qué se hace con ese voto? El voto por correo se entrega en cada mesa electoral el día de las elecciones una vez constituida, en cualquier momento desde las nueve de la mañana hasta las ocho de la tarde cuando cierran las urnas.

Una vez finalizada la jornada de votación, se introduce en las urnas de cada una de las mesas electorales este voto por correo, y se cuenta con el resto de papeletas. Como en esta ocasión es muy numeroso, el recuento electoral va a ser más lento.

En cuanto al voto de los españoles residentes-ausentes que viven en el extranjero (CERA), hay que señalar que el sistema también es muy garantista, a pesar de los bulos y la desinformación que algunas fuerzas políticas están difundiendo. Para estas elecciones generales del 23 de julio, hay algo más de dos millones de españoles en este registro, la mayoría de ellos en Argentina, Francia, Estados Unidos y Cuba. Concretamente, 2.328.261 españoles.

Para empezar, los electores que residen en el extranjero pueden emitir su voto por correo postal, dirigiéndolo a la oficina consular o a las embajadas, o pueden votar de forma presencial, en las urnas habilitadas para ello en los consulados y embajadas. Una vez finalizado el plazo de votación, tres días antes de las elecciones generales, en acto público y con presencia de los representantes de las candidaturas, se cuentan los sobres, tanto los de voto por correo como los de voto presencial, sin que se abran en ningún momento, y se levanta un acta consular.

Los votos y el acta se remiten de forma inmediata por valija diplomática al Ministerio de Asuntos Exteriores. Y desde el ministerio se envían de forma urgente a las juntas electorales provinciales encargadas de realizar su escrutinio. Cada junta electoral provincial recibe los sobres de los votantes censados en su circunscripción. Estos sobres, contienen el sobre de votación, el certificado de estar inscrito en el censo con la firma y número de pasaporte o DNI del elector y una fotocopia de un documento identificativo oficial.

Por último, y muy importante en estas elecciones, el escrutinio del voto exterior se realiza cinco días después de las elecciones, en el recuento definitivo. ¿Cómo? La Junta Electoral Provincial competente se constituye en mesa electoral, con los interventores para que el presidente introduzca en la urna los sobres de votación de los residentes ausentes. En ese mismo momento, el secretario va anotando los nombres de los electores en la correspondiente lista. Una vez escrutados los votos, la junta incorpora los resultados al escrutinio general.

Al finalizar el escrutinio, la Junta Electoral Central hace públicos los datos de voto de las personas españolas residentes en el extranjero remitido por cada consulado desglosados por provincias.

Estos votos, pueden cambiar la correlación de diputados como ya ha ocurrido en algún otro proceso electoral. Por ejemplo, en 2012, en las elecciones autonómicas de Asturias, este voto exterior permitió a Javier Fernández del PSOE mantener la presidencia del Principado.

En esas estamos, a pocos días de las elecciones generales del 23 de julio, con el CIS publicando su encuesta Flash sobre las Elecciones Generales del 2023 hace unos días, y con las élites saliendo a degüello a desacreditar sus resultados dentro de su estrategia de campaña.

Antes de hablar de los resultados, hay que señalar que esta encuesta flash se ha realizado con 8.798 entrevistas. Un número al que no llegan ni de lejos la suma de todas las encuestas que han realizado las élites y sus medios hasta el último día que se pudieron publicar encuestas.

La encuesta del CIS da los siguientes resultados más allá de los titulares de prensa:

  • Se ha pasado en unas semanas de un empate técnico entre PSOE, con un 31,2 por ciento y PP, con un 31,4 por ciento, en la encuesta preelectoral de las elecciones generales, a una situación donde el PSOE se encuentra 1,4 puntos por delante del PP en estimación de voto. El PSOE, 32,2 por ciento y PP, 30,8 por ciento.
  • Se reafirma que Sumar se sitúa como tercera fuerza política en estimación de voto, con un 14,9 por ciento, seguida de Vox, con un 11,8 por ciento. Algo determinante para que se pueda volver a formar un gobierno de coalición progresista.
  • El PSOE es considerado como el partido más cercano a sus propias ideas por un 27,3 por ciento de los electores que dan su opinión, seguido del PP, con un 25,1 por ciento.
  • Un 36,7 por ciento de los encuestados que dan su opinión prefieren a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno, sacando 3,3 puntos de ventaja a Feijóo, al que prefieren el 33,4 por ciento, con Yolanda Diaz en tercera posición con un 17,4 por ciento.

  • A la hora de votar en unas elecciones generales los electores dan más importancia al programa electoral o ideas que defiende un partido, con un 36,6 por ciento; al partido que defiende mejor sus intereses, un 27,9 por ciento; a la capacidad de gestión del partido, un 10,6 por ciento; al partido, un 6,2 por ciento; a evitar que gane otro partido, un 5,8 por ciento; y al candidato/a a presidente/a, un 5,2 por ciento.

  • La participación será muy alta. Si en la encuesta preelectoral del CIS para las elecciones generales 2023, un 77,7 por ciento de los encuestados afirma que con toda seguridad irá a votar en las elecciones generales. Semanas después, en la encuesta flash de las elecciones generales 2023, un 80,9 por ciento de los encuestados afirma que con toda seguridad irá a votar.
  • Aun así, queda mucho partido por delante, ya que la decisión de a qué partido votar se retrasa hasta los dos últimos días para un porcentaje importante de electores. Concretamente, el 12,3 por ciento. De ellos, un 6,4 por ciento deciden a que partido político o coalición votar durante la jornada de reflexión, y un 5,9 por ciento, el mismo día de las elecciones, según la encuesta preelectoral.

Con estos datos, hay que afirmar que las elecciones no se van a decidir hasta el último día. Y aunque las élites económicas, políticas y mediáticas, quieren desanimar el voto progresista con el coloquial “todo el pescado está vendido”, al tiempo que realizan una campaña de insultos al estilo americano como nunca se había visto en España, tenemos que decir que en estos últimos días van a cobrar más importancia que nunca los entornos más cercanos para movilizar el voto progresista.

Esa es la tarea. Movilizar y votar.